LAS CIFRAS DE LA REPRESIÓN EN JEREZ DE LA FRONTERA TRAS EL GOLPE DE ESTADO MILITAR DE 1936. UNA APROXIMACIÓN.
Por JEREZ RECUERDA*
jerezrecuerda@yahoo.es
1.- INTRODUCCIÓN
Desde el verano de 2003 nos hemos ido reuniendo en Jerez un grupo de personas con la intención de crear en nuestra ciudad una asociación con el objetivo de emprender un conjunto de iniciativas y actuaciones de diversa índole tendentes a la investigación y conocimiento de la represión política practicada en nuestra ciudad como consecuencia del golpe de estado impuesto por las fuerzas de las armas de los sectores de los ejércitos que apoyaron al general Franco en Julio de 1936. Un golpe de estado que desde el principio se encargó de preparar y dirigir el general Emilio Mola Vidal bajo las órdenes del general José Sanjurjo.
Estas reuniones han tenido como resultado la constitución de una asociación, legalmente registrada, que con el nombre de “Jerez Recuerda”, y a pesar del poco tiempo transcurrido desde su creación, ha dado ya pasos importantes en relación con los objetivos arriba señalados. Así ha sido, sobre todo, en el terreno de la investigación y estudio de las diversas fuentes que pueden arrojar luz en el esclarecimiento de la verdad histórica sobre lo ocurrido en nuestra ciudad en aquellos trágicos meses que siguieron al golpe de estado y años posteriores.
Poco a poco, en la medida que las fuentes hasta ahora manejadas lo han permitido, vamos acercándonos al conocimiento de la dimensión real que alcanzó esta feroz represión en Jerez, una represión ampliamente intuida, pero hasta ahora absolutamente desconocida en sus detalles.
En los cimientos sobre los que se levantó la amplia y variada estructura represora del régimen dictatorial surgido en julio de 1936 en Jerez aún permanecían ocultos las caras y los nombres de todos aquellos jerezanos y jerezanas que sufrieron, no sólo la represión física -el asesinato arbitrario en su más arbitraria manifestación-, sino también una campaña de desprestigio de su dignidad y su imagen pública. En este sentido, nuestra asociación se marcó como objetivo fundamental dar a conocer la identidad de estos paisanos y paisanas, así como la de los ciudadanos y ciudadanas de diferentes procedencias que tuvieron el mismo triste destino en nuestra comarca, y emprender cuantas acciones sean necesarias para restituir el buen nombre de estas personas y lograr que en nuestra ciudad se lleve a cabo el reconocimiento público y oficial de estos seres humanos sepultados no sólo por la barbarie fascista sino por la historia oficial.
Muchas de estas personas creyeron en la legalidad republicana como medio viable para solucionar los innumerables problemas que padecía la sociedad; otras muchas, veían como única solución a estos mismos problemas, la transformación de la sociedad desde diferentes organizaciones específicas y obreras, confiando en sus propios medios y fuerza numérica; otras, fueron simplemente víctimas de unos verdugos ansiosos por saldar cuentas pendientes personales o empujados por su propia codicia o envidia. Todas ellas tuvieron en común el destino propio de los que se toparon con unos matarifes que poseían carta blanca para asesinar impunemente; una licencia macabra que el general Queipo de Llano se encargaría de certificar en un discurso pronunciado el 23 de julio de 1936 con palabras como “Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad...Por ello faculto a todos los ciudadanos a que, cuando se tropiecen a uno de esos sujetos, lo callen de un tiro. O me lo traigan a mí, que yo se lo pegaré”.
1.1.- Antecedentes de Jerez Recuerda
Lo que animó a “Jerez Recuerda” a comenzar su andadura, aparte de esa búsqueda de justicia histórica, era el hecho de que en otras zonas del estado español ya se venía trabajando desde hacía algún tiempo el mismo tema con resultados bastante positivos, desde el punto de vista no sólo mediático, sino también de investigación, pues con la ayuda de familiares de asesinados, desaparecidos y represaliados en general se empezaron a encontrar fosas comunes e historias personales que, si bien no eran novedosas- ya que con anterioridad se sabía de estos sucesos casi olvidados por la memoria colectiva- sí lo era el hecho de que la Administración diera en algunos casos la facilidad y medios para el descubrimiento de fosas y exhumación de cadáveres que habían sido asesinados.
Esta intensa búsqueda de desaparecidos víctimas de ejecuciones extrajudiciales protagonizada por numerosas asociaciones de todo el estado español, los medios de comunicación lo han dado a conocer como el Movimiento de Recuperación de la Memoria Histórica, impulsado por organizaciones como La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica o el Foro por la Memoria, entre otras, que han tenido un apoyo importante por parte de equipos de arqueólogos, antropólogos y abogados voluntarios, gracias a los cuales se ha llegado a descubrir interesantes hallazgos que han servido para aportar pruebas concluyentes sobre el carácter de la represión de los grupos que colaboraron activamente con los militares insurrectos del año 36 del siglo pasado. Por otro lado, sus actuaciones responden a llamamientos de familiares, y de ciertas instituciones implicadas con diferentes grados de compromiso, que han empujado a que las asociaciones comprometidas reclamaran al Estado el pago de los costes de las exhumaciones y las pruebas de ADN.
Aunque no se puede afirmar que existe un “movimiento” por la recuperación de la memoria histórica como tal, porque para ello se necesitaría de una cierta coordinación que en la actualidad no hay entre los diversos grupos que trabajan este campo temático, se puede decir, no obstante, que en algunos casos ha existido cierta cooperación entre estas asociaciones en aspectos puntuales a la hora de reivindicar soluciones concernientes a este tema, especialmente el relativo a la creación de redes de información, independientemente de la labor que se esté realizando en los lugares en donde cada colectivo esté asentado.
En el caso de Jerez, en particular, tenemos constancia de ciertos antecedentes de personas y grupos que han trabajado, aunque sea de forma somera, la recuperación de la memoria histórica en nuestra ciudad en base a casos concretos y particulares. Tal fue el caso de la “Plataforma por la Mujeres de la II República”, constituida a finales de 1994 y formada por individualidades que buscaban hacer justicia histórica con tres mujeres represaliadas de distintas formas por los fascistas y el régimen que representaban.. Estas mujeres fueron Juana Aguilar Pazos (a) “La Moricha”, de Trebujena; María Luisa Cobo Peña, militante de CNT-AIT en Jerez y Carmen Hombre Ponzoa, maestra de UGT, protestante y asesinada cuando se encontraba embarazada en avanzado estado de gestación..
Actualmente podemos afirmar que, debido al trabajo exhaustivo que está desarrollando Jerez Recuerda, este tema esta despertando el interés en otras organizaciones cuyo trabajo se centra más en lo político o en lo sindical. Desde el ámbito de colaboración con otros grupos, nos hemos planteado esa posibilidad siempre que esta relación no reste autonomía a la asociación, tanto en la acción, como en el estudio y la investigación. De este modo, nos hemos ofrecido a cooperar con toda entidad dispuesta a ayudarnos en nuestros objetivos de recuperar la memoria histórica si los principios que rigen esa colaboración se fundamenta en la transparencia y el interés único -basado en el apoyo mutuo- de rescatar la verdad del olvido.
1.2.- Fuentes de investigación para el estudio de la represión en Jerez
Las principales fuentes de investigación a las que ha recurrido nuestra asociación para el análisis de la represión en nuestra ciudad han sido las siguientes:
a) Fuentes orales.-
En cuanto a los testimonios orales que hemos recabado, hemos tenido la gran suerte de entrevistar a algunos ciudadanos que vivieron aquel período histórico, o que fueron testigos de ciertos episodios de la represión, o descendientes de familiares y amigos que vivieron o murieron bajo el yugo del miedo y la persecución franquistas. Estas personas nos han dejado constancia de sus valiosos testimonios. Citamos entre ellos: Manuel Viso Fadón, Julián Pérez Fernández, Antonio Chacón González, Filomena Cobo Peña, Esteban Caamaño, José de la Rosa, Manuel Alconchel, Antonio Valle Ramírez, Fernando González Romero, Carmen Arantave López-Cepero, Sebastián Ortega, José Benítez, Francisco García Ortega, José García Ortega, Miguel Becerra, Antonio Ureba Muñoz, la familia Oliva, Diego Ceballo, Rafael Narbona Barrios, Juan Caballero, etcétera.
b) Archivos
Los diferentes archivos a los que hemos acudido para desarrollar nuestro trabajo se resumen en las siguientes referencias:
Archivo Histórico Municipal de Jerez de la Frontera.
Hemeroteca Municipal (Archivo Antiguo) de Jerez de la Frontera.
Archivo Histórico del Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla.
Archivo Histórico Provincial de Cádiz.
Archivo Histórico Municipal de Cádiz.
Fundación Anselmo Lorenzo.
A pesar de la sistemática labor de expurgo y destrucción de archivos y de documentación de diversa índole practicada en nuestro país -especialmente en los años que van de 1965 a 1985-, una documentación que resultaba comprometedora para los responsables de aquella generalizada represión practicada contra una inerme población civil (ver obra de Francisco Espinosa “La Justicia de Queipo...”), el Archivo Municipal de nuestra ciudad aún conserva documentación de importancia para el estudio de la represión y que ha podido ser utilizada como base principal para este trabajo.
Se trata, desde luego, de una documentación fragmentaria y muy dispersa entre las distintas secciones en que se organiza el Archivo, lo que ha obligado a una labor investigadora en ocasiones casi detectivesca.
Entre esta documentación deben destacarse los libros de cementerio, libros registro de entrada y salida del Ayuntamiento, libros de quintas, Actas Capitulares y la sección de legajos.
Queremos mencionar, especialmente, el documento conocido como Censo de Huérfanos de la Revolución y la Guerra, de 1941. Esta última documentación del Archivo Municipal ha sido -después de la información extraída del Registro Civil de los Juzgados de nuestra ciudad- la que más nombres de personas asesinadas ha proporcionado a la investigación, con 69 personas identificadas, aunque bien es verdad que algunas de ellas ya estaban contrastadas por otras fuentes documentales o testimonios orales.
Se trata de un censo de huérfanos formado en todos los municipios españoles a raíz de la publicación del decreto de Ministerio de Gobernación de 23 de enero de 1941 que ordenaba la creación de la llamada Obra Nacional de Protección del Estado a los Huérfanos de la Revolución y la Guerra. El Gobierno Civil de Cádiz en circular nº 55, BOP 13-1-1941, por su parte, publicaba las instrucciones acerca de la formación de dicho censo.
Este censo recoge un apartado en el que las autoridades municipales debían concretar en cada caso el origen de la orfandad, y con este motivo hemos podido conocer los asesinatos cometidos en las personas de los padres de los huérfanos; unos asesinatos cuya realidad y contundencia pretendían edulcorar y maquillar sus autores mediante el empleo de la eufemística expresión “Al padre le fue aplicado el Bando de Guerra”, una expresión lingüística empleada para referirse en último término a la pura y simple eliminación física de estas personas, sin ningún tipo de control ni garantías de ninguna clase.
Desde luego, en esta labor de atención a los huérfanos, el Ayuntamiento de Jerez se había adelantado a lo ordenado en el mencionado decreto. La represión en Jerez -como demuestran las cifras seguramente no definitivas de este trabajo- fue tan atroz, y tantos los huérfanos y viudas que quedaron, que tan sólo tres meses después del triunfo del golpe de estado en la ciudad, en octubre de 1936, las autoridades municipales de la ciudad se vieron en la obligación de crear por su cuenta el denominado Asilo de Huérfanos de la Guerra, atendido por las Reverendas Madres Preservadas, en la calle Barja.
c) Lista de José Sánchez Barrios
Una fuente de especial importancia para la identificación de las víctimas de la represión derechista asesinadas en Jerez ha sido el documento que hemos denominado como Lista de José Sánchez Barrios.
Se trata de un cuaderno de tipo escolar que recoge 130 asientos de personas -incluida su profesión- que fueron anotadas por José Sánchez Barrios (persona que vivió los acontecimientos) a medida que iba conociéndose en la ciudad los nombres de las personas que eran asesinadas, y que su hijo ha puesto a disposición de nuestra Asociación.
Hemos concedido a esta fuente un índice de fiabilidad absoluto, toda vez que una gran mayoría de las víctimas que se recogen en la mencionada Lista han sido comprobadas documentalmente a través de otras fuentes documentales manejadas en nuestra investigación.
En aquellos casos no contrastados a través de otras fuentes se ha optado por incluirlas en la relación definitiva de asesinados que presentamos, toda vez que, como hemos dicho antes, la fiabilidad de la Lista se ha revelado altísima e irreprochable.
Una de las razones de que algunos de estos casos no hayan podido ser contrastados por otras fuentes reside en el hecho de que en la Lista aparecen anotadas sólo con el apodo, su profesión o bien con indicación de su relación familiar con otras personas.
Así, a modo de ejemplo, encontramos el caso de asientos expresados como: “Yerno de Carretero”, “Esposa de Azumendi” o “El latero de la Calle Franco”.
c) Juzgados.-
La fuente más prolífica en contenido de datos, a la que hemos consultado para lograr la cuantificación y el esclarecimiento de la identidad de las personas asesinadas tras el golpe militar de julio de 1936 en Jerez de la Frontera y en su comarca, se encuentra recogida en los asientos de los libros de defunciones del Registro Civil de nuestra ciudad. Consiste en una serie de libros de defunciones que corresponden a los dos distritos judiciales que existían en la ciudad, el de Santiago y el de San Miguel, siendo un verdadero yacimiento de información que nos ha proporcionado un primer acercamiento a lo que creemos que puede ser el total del grueso de las víctimas de aquel período histórico.
Este primer acercamiento nos ha servido para hacernos una idea aproximada del alcance de la represión en Jerez, ya que los datos definitivos de aquella masacre humana aún no están cuantificados en su totalidad, especialmente los casos referidos a los primeros meses del alzamiento militar, puesto que muchos decesos no se inscribieron debido a diversas circunstancias. Entre las más importantes se encuentra, en primer lugar, la situación de descontrol de violencia que se ejercía al amparo de la nueva situación impuesta. En segundo lugar, porque muchos familiares y amigos de las víctimas no tenían la certeza de sus muertes, ya que desaparecieron tras ser sacadas de sus casas, o de los hospitales, bien para ser interrogadas por los agentes golpistas -con el pretexto de que “en diez minutos estarían de vuelta en su casa”-, o bien, para ser “trasladadas” a centros penitenciarios de otras poblaciones. En tercer lugar, porque las nuevas autoridades proponían a las viudas que inscribiesen a sus maridos como fallecidos por causas naturales, o por enfermedad, a cambio de obtener una mínima ayuda económica.
Cabe destacar, en el caso concreto de las defunciones no inscritas, un ejemplo que sobresale en nuestra investigación, por lo insólito del hecho, y que de alguna manera describe la singularidad de este fenómeno. Nos referimos a la relación de víctimas femeninas, que tenemos localizadas y confirmadas por otras fuentes, y de las que sólo hemos hallado un sólo asiento en el Registro Civil.
Otra cuestión importante que hemos querido resaltar ha sido la forma en que están realizadas las inscripciones de las 192 víctimas encontradas en los libros de defunciones.
En el estudio de los asientos realizados durante los primeros meses de la represión, hemos observado que la mayoría de los casos, se registran de manera concisa el apartado de datos personales y, apareciendo tachadas -pero de forma legibles- las inscripciones relativas al lugar de defunción, circunstancias, causas y lugar de enterramiento. Además, algunos de ellos aparecen con una nota explicativa adjunta al margen del documento, fechada y firmada en meses posteriores a la inscripción, y en donde se consigna literalmente los datos que han sido tachados anteriormente. Tanto en un caso como en otro, aparecen expresiones como “falleció en Jerez el....de 1936”, o “falleció en esta Población el día.....de 1936”, u otras de similares características exentas de más datos aclaratorios sobre las circunstancias del deceso, salvo el atenuante de que éste sucede en los momentos álgidos de la represión -entre finales de julio y diciembre de 1936-, además de practicarse la inscripción en virtud “de Auto dictado” o “de Carta Orden” firmado por el Juez o Juzgado correspondientes, y en algunos casos, “a tenor del Decreto 67, del 8 de Noviembre 1936” (decreto por el que se trató de ordenar y regular la situación de las víctimas).
Hemos resuelto, por tanto, incluir todos estos casos en nuestra lista porque se ha comprobado, por otra parte, que estas personas -inscritas bajo estas asépticas expresiones- han sido asesinadas tras haber sido contrastada y confirmada su eliminación física por otras fuentes documentales.
Más adelante, en las inscripciones realizadas en años posteriores, las fórmulas utilizadas en los asientos serán generalmente un poco más definidas y esclarecedoras. De este modo, y dependiendo de la autoridad judicial que haga la inscripción, ésta se realizará de maneras distintas. En el caso de las autoridades judiciales civiles, por ejemplo, irá acompañada con expresiones como “falleció en esta población el ...de 1936 a consecuencia del Movimiento Nacional” o “falleció en esta ciudad el... de 1936, a causa de disparo de arma de fuego como consecuencia de la Guerra Civil”. En cambio, en los asientos realizados en virtud “de carta orden” de las autoridades judiciales militares -casos de Consejo de Guerra-, aparecerán expresiones como, “fallece en los alrededores de la Plaza de Toros el ...de 1937”, o “fallece en la explanada derecha de la Plaza de Toros el...de 1938”, acompañadas de tachaduras en parte de los datos del documento, con sus correspondientes anotaciones al margen fechadas con posterioridad.
Para finalizar este breve análisis, queremos detenernos en las consideraciones de los diferentes aspectos observados en los asientos hallados en el Registro Civil entre los años setenta y nueve y ochenta y uno -de los que debemos señalar que la información recogida es la más reveladora, en cuanto a los datos generales de las víctimas, y a las diferentes circunstancias relativas a las muertes, como por ejemplo los lugares y las causas del fallecimiento-, cuando las disposiciones legales establecidas por las autoridades permiten a los familiares las nuevas inscripciones fuera de plazo, con el fin de poder acceder a las indemnizaciones correspondientes fijadas en aquellas fechas.
De estos asientos hemos extraído dos reseñas que nos indican con toda claridad estos importantes aspectos de nuestra investigación, recogidas en fórmulas lingüísticas como “fallece el ... de 1936 en los Alcázares de Jerez en La Alameda Vieja por heridas de arma de fuego a causa de la Guerra Civil”, o “falleció entre las 2 y las 6 del... de 1936 en la Puerta de Rota a causa de disparo de arma de fuego como consecuencia de la Guerra Civil”.
1.3.- Áreas y campos de investigación
Con toda la información recabada por el grupo estamos haciendo un análisis político-social de la situación general del país y, concretamente, de nuestra ciudad, a partir del alzamiento militar, que nos ha servido de ayuda para establecer las áreas de nuestro trabajo de investigación y cuantificar, así, la situación de represión que sufrió la población durante aquellas fatídicas fechas. De este modo, estas áreas se pueden desglosar en diferentes apartados que constituyen los distintos grupos de víctimas, los lugares de asesinatos, las posibles fosas comunes, los campos de concentración y resistencia armada.
a) Distintos grupos de víctimas
Desaparecidos y asesinados.
Presos políticos.
Prisioneros en campos de concentración.
Depurados.
Familiares (viudas y huérfanos).
b) Lugares de asesinatos
Plaza de Toros, La Rosaleda, carretera de Trebujena, el “Rancho del Pescadero” en la Trocha del Puerto, carretera de Medina Sidonia (en la Laguna de Medina), en la Sierra San Cristóbal, en la Cárcel de Jerez, en el Alcázar, en Puerta de Rota, en el picadero de Domecq y en la explanada de la Plaza de Toros, entre otros lugares conocidos.
c) Fosas Comunes
Tenemos declaraciones registradas que aseveran que en el antiguo Cementerio Municipal de Santo Domingo se hallaban dos fosas comunes, en donde según muchos testigos, llegaban diariamente camiones repletos de cadáveres que eran echados como “sacos de papas”, unos encima de otros, pero éste es un episodio casi cerrado, pues actualmente ya son inexistentes debido al poco terreno dejado por las construcciones realizadas posteriormente en aquel lugar en los años ochenta y en donde sabemos que fueron encontrados restos humanos que desconocemos cuál fue su destino final.
Por el momento sólo tenemos conocimiento de que existen otras dos fosas comunes en el cortijo El Marrufo, situado en el término municipal de Jerez de la Frontera y próximo a La Sauceda. La fuente que nos ha facilitado la información es un artículo publicado en el Diario de Jerez, el 17 de mayo de 2004, firmado por J. Carlos Perales Pizarro que investiga la represión que se dio en Alcalá de los Gazules y que, por cercanía de esta población a la de Cortes de la Frontera, ha accedido a cierta información detallada sobre unos sucesos ocurridos en la Aldea de La Sauceda, concretamente en un lugar cercano llamado Cortijo El Marrufo.
Según este investigador, después de la toma y destrucción de La Sauceda, la población civil de esta aldea, hombres mujeres y niños, fue trasladada hasta dicho cortijo. A las mujeres y niños se les encerró en la capilla, sita en el referido lugar, desde donde fueron sacados para ser fusilados muchos de ellos, cometiéndose actos de violaciones hacia las mujeres antes de su ejecución. La referencia que nos deja el autor sobre las fosas comunes de El Marrufo es que la fosa de las mujeres y niños se encuentra en una pequeña pendiente que hay tras unas naves cercanas a la capilla, y que la de los hombres se hallan en el cuartel situado próximo a la venta de Galis.
d) Campos de concentración
En cuanto al apartado de los Campos de Concentración poseemos diversas fuentes orales y escritas donde se menciona la existencia de estos campos de concentraciones de prisioneros civiles y de prisioneros militares : Cortijo de Vico, Plaza de Toros, El monasterio de La Cartuja.
e) Resistencia armada
La llamada resistencia armada fue bastante escasa, según la información obtenida por las diferentes fuentes y el análisis que hacemos de ellas, a no ser que en un futuro aparezcan nuevas pruebas concluyentes que revoquen esta idea que mantenemos y que se acerca a la de la situación de otras muchas poblaciones que se situaron en la retaguardia de la zona nacionalista. Para que el lector tome conciencia de nuestros planteamientos relativos a este apartado le invitamos a que preste especial atención al capítulo siguiente de este trabajo.
2.- REPRESIÓN EN JEREZ
2.1.- El error de la idea de “guerra” en el caso de Jerez
Aunque el período que estudiamos se conoce tradicionalmente como Guerra Civil, se puede afirmar categóricamente que en el caso que nos ocupa, Jerez de la Frontera, aunque se podría trasladar a parte de Andalucía Occidental, no hubo lo que se conoce estrictamente como guerra. Esta idea nos la corrobora el diccionario de la Real Academia de la Lengua que nos ofrece el significado de la palabra “Guerra” como un enfrentamiento continuado entre dos o más ejércitos de distintos países o del mismo país, y el de la expresión “Guerra Civil” como un enfrentamiento armado en el que luchan entre sí personas y ejércitos de un mismo país.
Podemos constatar que lo que ocurrió en la zona no fue otra cosa que una ocupación militar auspiciada por el golpe de estado que parte del ejército secundó en julio de 1936 aún haciendo uso de las armas. Esto último no implica en absoluto que el pueblo, inmediata y posteriormente represaliado, tuviera la oportunidad de defenderse de esta represión con las armas, entre otras cosas porque las autoridades republicanas se habían negado a entregarlas al pueblo, las cuales habrían sido imprescindibles para su defensa y abortar desde el principio el golpe de estado y frenar el avance fascista. Ese fue el caso, entre otros, de Jerez de la Frontera en donde su alcalde, Antonio Oliver Villanueva, negó a los trabajadores la oportunidad de defenderse y prefirió equivocadamente (“no quiero hacer correr sangre”, diría a los sublevados más adelante) entregar la ciudad a los golpistas quienes sí ejercieron una brutal actividad represiva sobre la población, dando carta blanca para los asesinatos que se cometieron a partir del 19 de julio.
Para justificar sus atropellos sobre la ciudadanía, utilizaron una red de propaganda con un lenguaje belicista llamando “enemigos” a sus objetivos civiles y declarando el “estado de guerra” mediante sus “Bandos de Guerra” para eliminar físicamente a cualquier ser humano que se enmarcara dentro de los epítetos “enemigo” y “rojo”, los cuales se habían convertido en la misma cosa.
En Jerez no hubo ninguna guerra civil, por el simple hecho de que no hubo oportunidad para ello. Quizás la Guerra (con mayúsculas) la estuviera manteniendo el gobierno republicano -junto a militantes del Frente Popular y a las fuerzas revolucionarias del movimiento obrero- con los militares golpistas en las zonas denominadas con la terminología belicista como“frente”, y cada uno de los dos bandos se posicionaron tras sus respectivas trincheras al ser imposible, por un lado, el avance del ejército insurrecto y, por otro, la extensión de la resistencia armada que tuvo lugar en aquellos lugares en donde el pueblo pudo armarse. En Jerez, como zona ocupada, lo que existió fue la puesta en práctica de las directrices del general Mola con respecto a la extensión del terror en la población, fundamentadas en unos procedimientos coercitivos de control que resultaron muy efectivos debido al ensañamiento con que se hacían y a la confusión y pánico que crearon, incitando activamente a los actores que provocaron aquella situación.
En todo caso, y si aceptamos la idea de la guerra en Jerez, tendríamos que remontarnos anteriormente al golpe de estado del 36, cuando es verdad que sí se ha mantenido una guerra de otra índole entre los privilegiados y los sometidos, entre los terrateniente y la clase obrera. Esa guerra a la que nos referimos no es otra que la guerra de clases o guerra social; una guerra que no ha terminado y que se mantiene a través de los tiempos a causa de las desigualdades sociales que históricamente mantienen los poseedores de las riquezas del planeta y el monopolio de éstas por los agentes controladores del poder económico.
2.2.- 19 de julio: comienza el terror en Jerez
Gran parte de las fuentes escritas a las que hemos acudido para basarnos históricamente en los antecedentes inmediatos a la instauración del terror en nuestra ciudad, a causa de la ocupación político-militar de la extrema derecha en Jerez, son muy delicadas desde el punto de vista interpretativo si la quisiéramos tomar como única referencia excluyente para realizar dicho estudio bajo un punto de vista objetivo y riguroso. Por otro lado, la tendencia natural por parte de historiadores e investigadores de nuestra historia local, es la de transcribirla o interpretarla a partir de documentos, informes orales o escritos, libros, diarios, revistas, publicaciones de diferentes matices ideológicos, etcétera; todos ellos emitidos por los medios que controlaban los agentes de un determinado hecho histórico. Eso ha de ser así, siempre y cuando todas estas fuentes puedan ser contrastadas con otras de diferentes procedencias para desarrollar el análisis oportuno que se requiere para dar un poco de luz al campo de estudio que nos ocupa en este trabajo.
En este caso concreto, el de los inicios del golpe de estado en la ciudad de Jerez de la Frontera en julio de 1936 y el de la inmediata ocupación posterior de los centros estratégicos de la ciudad, con todas las consecuencias que esta circunstancia acarreó, no es más que una muestra de la dificultad con la que nos hemos topado como grupo autónomo de investigación histórica de reciente creación, pues todas las referencias históricas oficiales que han sido publicadas durante la dictadura las hemos llegado a considerar sólo como parte de la propaganda del sistema que se llegó a instaurar a partir de aquella fecha, es decir, anotaciones pseudo-históricas recopiladas o auspiciadas por los elementos sediciosos que impusieron aquella situación de violencia propia del aparato totalitario que defendían, y desde donde emanó una represión de unas dimensiones que durante décadas ha impedido detallar el alcance de la brutal actuación de los golpistas del 36 en la ciudad de Jerez y su comarca. Tanto fue el miedo que ha impregnado la conciencia colectiva jerezana que todavía hoy, después de casi setenta años desde los inicios del conflicto, hemos hallado dificultades para iniciar contactos con algunos familiares de represaliados por el fascismo local, cosa completamente lógica cuando entendemos que el elemento más importante que estudiamos es el humano y, como tal, no podemos esperar que algunos protagonistas, o familiares de estos, se abstraigan del dolor que supuso, no sólo sufrir humillaciones, sino incluso ver cómo les han arrancado de su seno a parientes, amigos, compañeros y compañeras, y cómo han sido asesinados incluso ante sus propios ojos: una situación traumática que podemos entender y en donde no cabe otra cosa que compartir de alguna manera su dolor.
Pero ello no significa que no existan otras fuentes orales y escritas que narren con cierta precisión los primeros momentos del putsch militar y la de sus colaboradores activos de Falange Española, Requeté Tradicionalista, Acción Popular y demás organizaciones políticas “de orden” (en referencia a los partidos y grupos conservadores de la sociedad) por un lado, y de las fuerzas de la Guardia Civil, Seguridad, Asalto y Carabineros por otro lado. Simplemente afirmamos que escasean, especialmente las escritas, sin querer decir con ello que ignoramos otras fuentes, aunque éstas se nos haya administrado como con cuentagotas y en porciones que nos encargamos de unir progresivamente como un rompecabezas hasta conseguir darle forma. Lo que quizá hemos echado de menos, aunque hemos sido conscientes en todo momento debido a la naturaleza de la documentación obtenida, ha sido la falta de rigor científico en las publicaciones de la época que sólo se explica por la forma que fueron elaboradas, esto es, al amparo de las autoridades embriagadas del poder absoluto que alcanzaron.
Es un hecho, por tanto, que el aparato propagandístico de los golpistas se basó muchas veces en la mentira; otras, en las medias verdades; las más, en las exageraciones y, todas, bajo el control de la censura impuesta desde los resortes del poder y de la autoimpuesta ideológicamente por los autores mismos: censura o autocensura que invitaban ciertamente a las omisiones de hechos y realidades. Todo se hizo, desde nuestro punto de vista, para darle un carácter de epopeya a lo que jurídicamente se conoce como la comisión de un delito de asesinato masivo o la de un crimen contra la humanidad, por no decir genocidio, calificativos todos ellos amoldables a la situación histórica que se dio en nuestra comarca.
Así, los primeros momentos del golpe de estado en Jerez podemos hallarlos en el semanario informativo Claridad, número 205, fechado el día lunes 27 de julio de 1936, y órgano de la Confederación Española de Derechas Españolas (C.E.D.A.), o en libros como Burlando el Bloqueo Rojo. El Primer Salto del Estrecho, de Alfonso Patrón de Sopranis; Datos para la Historia de la Falange Gaditana, de José de Mora-Figueroa, Marqués de Tamarón; Historial del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de la Merced de Jerez de la Frontera; Historia de la Cruzada Española, de Joaquín Arrarás Iribarren. Aunque toda esta bibliografía sea la que hemos denominado como adepta al régimen, nos ha servido para conocer los primeros movimientos de las fuerzas rebeldes en nuestra ciudad, aunque a veces hayamos tenido la sensación de que era imposible disociar la realidad de la propaganda. Por este motivo, preferimos no dar como un hecho absoluto todos los pasajes que nos hemos encontrado, ya que de lo contrario contribuiríamos a sembrar la mentira histórica o, por lo menos, las exageraciones propias del momento y de la ideología que empujó a redactar dicha información.
Según esta bibliografía, la noche del 17 de julio de 1936 el Comandante Militar de Jerez, Salvador Arizón, recibió una comunicación telefónica desde Sevilla del General Villa Abrille, preguntándole si ocurría “alguna novedad”. Esto hizo que Arizón empezara a tomar precauciones que servirían para iniciar posteriormente el levantamiento en Jerez, especialmente cuando en la mañana del 18 de julio se conoce por la radio las noticias confusas del golpe de los militares en la colonia africana el día anterior y, concretamente, cuando el general López Pinto le informa de lo que sucede en Cádiz y le pide que declare el estado de guerra. El detonante del golpe en Jerez fue cuando, por la tarde de ese mismo día 18, Arizón fue informado por Juan Abreu, Capitán de Caballería, que la guarnición de Sevilla estaba sublevada y que en las calles de la capital andaluza se había entablado la lucha. Bajo estas circunstancias, Arizón reunió a los oficiales -entre ellos, los capitanes Enrique Guillén, José Hernández Franch, Pedro Ardila, José Gil Ramírez y Juan Arizón Mejías-, quienes se mostraron conforme con el levantamiento militar; luego ordenó el acuartelamiento de las fuerzas que en esos momentos disponía, consistentes en unos sesenta y cinco soldados, y dio también las órdenes pertinentes al resto de los soldados establecidos en los cortijos de Vico y Garrapilos para que estuvieran preparados, sumando estos últimos un total de cuarenta.
Mientras tanto, desde las seis de la tarde del sábado 18 de julio se percibieron movimientos en la población que se plasmaban en continuas idas y venidas entre la Casa Colectiva y el Ayuntamiento. Desde los balcones de la Casa Colectiva se hacían llamadas a la resistencia obrera previniendo al pueblo ante las noticias del levantamiento militar en África, como fue el caso del Presidente del Sindicato de Albañiles de la C.N.T., José Arantave Ortegón, quien se dirigió públicamente a los obreros en calidad de miembro electo del Comité de Resistencia. De esta manera, y una vez que los sindicatos decidieron crear comisiones de huelga y de resistencia, distintas comisiones de obreros recorrían todos los locales públicos cerrándolos en su mayoría, siguiendo la consigna de proclamar la huelga general, al mismo tiempo que llegaban en masa al Ayuntamiento pidiendo armas desesperadamente, pero la respuesta del alcalde fue la de negarles las que había en el Ayuntamiento y dirigirse al pueblo desde la emisora de radio local transmitiéndole la noticia de que el Gobierno controlaba la situación. Paralelamente a estos actos, se practicaban algunas detenciones de elementos de Falange, mientras que en distintos sitios de la población sonaron algunos disparos.
A las seis y media de la tarde, el capitán Arizón (hermano del comandante) y el capitán Castillo ocupan Radio Jerez, después de que el Comandante Arizón obtuviera el compromiso de la Guardia Civil de no oponerse a los movimientos sediciosos del ejército. De esta manera en la madrugada del 18 al 19 de julio el Comandante Salvador Arizón y Mejías se hizo cargo de la plaza y proclamó el Estado de Guerra por la radio, emitiendo por este medio el bando de declaración del estado de guerra, realizando una alocución inflamada de amenazas belicistas, quien:
“Hace saber al pueblo de Jerez que declarado el estado de guerra en toda España, toma el mando total de la Plaza, hasta la próxima llegada de las fuerzas del Tercio y Regulares, que al mando del Excmo. Sr. General Don José Varela Iglesias, se encuentran en marcha hacia esta Plaza.
Asimismo hace saber a todos los elementos de orden la obligación moral y material que tienen de ayudar a las fuerzas del Ejército, presentándose a ser posible con armamento en el Cuartel de Fernando Primo de Rivera.
Todo el que contravenga las órdenes de mi autoridad, será severísamente juzgado y al acto pasado por las armas.”
De la Alcaldía se hizo cargo el capitán Antonio Mínguez Ibáñez, oficial veterinario, quien es nombrado alcalde por el comandante Arizón, una vez que éste obliga Antonio Oliver Villanueva -alcalde electo de Izquierda Republicana- a entregar dicho cargo a través de una conversación intimidatoria por teléfono no exenta de algún farol.
En el momento que fue ocupada la radio y publicado el Bando, los falangistas encarcelados fueron liberados acudiendo al cuartel de Villaviciosa para unirse a los demás voluntarios de las diferentes facciones que se estaban concentrando allí atendiendo la llamada del Comandante Arizón, y en donde “reinaba el buen humor, característico de esa ciudad, donde el nivel de la vida y el aire de la raza, por una admirable mezcla anglo-andaluza, producida por el negocio de vinos, tiene una distinción inconfundible. Se brindaba con el vino de la tierra y se hacía frente al momento difícil con una serenidad sonriente y deportiva. Entraban y salían falangistas, requetés, comerciantes, labradores, aristócratas. Salían a relucir las buenas escopetas de caza y los rifles de montería. A cada hora aumentaba el improvisado ejército. Allí, entre otros, acudió de una finca de campo cercana, el poeta José María Pemán, que en seguida inició por el micrófono jerezano su serie de proclamas y arengas guerreras...”(Arrarás).
Ante el golpe efectuado por las escasas fuerzas militares, la única constancia que nos deja algunas de estas publicaciones es que hubo algún enfrentamiento en el centro urbano entre “falangistas y rojos” y “paqueos”* en los barrios extremos, en donde se dice que hubo servicios de “limpieza” también por parte de los requetés, pero que en general en Jerez no se había luchado y la resistencia fracasó debido a la rapidez de los golpes sobre la Radio, Ayuntamiento y Correos y Telégrafo que paralizó toda reacción contraria y, por otro lado, a la falta de algo tan importante como las armas necesarias para contrarrestar a las fuerzas fascistas que sí las poseían desde hacía tiempo: “El día 19 sólo hay ya tiroteos en algunos centros de concentración proletaria. Se clausura la Casa del Pueblo y se practican detenciones de elementos ‘marxistas’. Jerez queda dominado y puede ya permitirse el lujo de acudir en camiones a dominar y ‘pacificar’ los vecinos pueblos de Sanlúcar de Barrameda y Trebujena...” (Arrarás).
Tras estos primeros momentos de euforia golpista, sólo quedaba esperar más refuerzos para continuar con la misión encomendada: en la mañana del 20 de julio llegan a Jerez, las primeras tropas de África, los regulares de Ceuta, que habían venido desde Cádiz y Puerto de Santa María guiados por el Jefe Provincial de Falange José de Mora y Figueroa, y el 25 de julio son los legionarios de Ceuta quienes hacen acto de presencia en nuestra ciudad, convirtiéndose ésta en punto estratégico desde donde se centralizaba todas las acciones de “limpieza” que se harían también en las localidades arriba mencionadas y en parte de la geografía de la serranía gaditana. Además, Jerez se convertía en zona de paso de tropas para enlazar con Sevilla, confluyendo de esta manera todos los elementos represivos necesarios para provocar un miedo atroz en la población: la época del terror había comenzado.
Pero, para justificar los crímenes del bando nacionalista, los jerifes militares involucrados en el acto sedicioso de julio de 1936 tuvieron que maquillarlo con una mascarilla de aparente legalidad que respaldara las posteriores acciones de carácter represivo. Un ejemplo de esta aseveración son las pruebas gráficas que aportamos (APÉNDICE I y APÉNDICE II) relacionadas con los bandos que emitía el comandante Salvador Arizón y Mejías, Marqués de Casa Arizón, cuyos contenidos eran bastante esclarecedores. Así, en el primer bando de “guerra”, con fecha 19 de julio de 1936, aparte de informar de la instauración del “estado de guerra” y de la posesión a cargo de él del mando de la “plaza”, había dispuesto una serie de artículos -hasta catorce- que indicaban en qué nueva situación se encontraba las “plazas” que él orgullosamente comandaba.
En el artículo primero, por ejemplo, se podía leer literalmente lo siguiente: “Se prohíbe el derecho de huelga, y los directivos de Sindicatos y personas que inciten a la misma, serán juzgados sumarísimamente. Asimismo todos los obreros deberán presentarse al trabajo en las horas que les correspondan, teniendo en cuenta que el que no lo haga, será juzgado sumarísimamente”; en el artículo noveno, se decía explícitamente: “Queda terminantemente prohibido estacionarse en las calles y plazas públicas, siendo apercibidos por la fuerza pública para que circulen, si a la tercera vez que den la orden, no son obedecidos darán una pitada larga o toque de corneta o clarín y si a esta señal no queda despejada la vía pública, se hará uso de las armas”; el artículo décimo, y siguiendo con las disposiciones nada tranquilizadoras de este militar, se decretaba lo siguiente: “Queda terminantemente prohibido el circular por las calles grupos de más de tres personas”; para finalizar con toda esta serie de temibles amenazas, en el artículo décimo cuarto se decía tajantemente: “Espero de todo el elemento de orden de Jerez, sin distinción de clases, la cooperación para el mantenimiento del orden, advirtiendo, que en caso de alterarse éste, no empleen la táctica aconsejada por los directores del movimiento, de llevar al frente las mujeres y niños: pues se hará fuego sin reparar el que viene en primera línea”. (APÉNDICE I)
El 14 de agosto de 1936, el mencionado aristócrata emitió un segundo bando, a modo de escarmiento, donde no tuvo pudor alguno en afirmar que había hecho pasar por las armas a dos obreros cuyos “delitos” asombran hoy en día a cualquier persona con un mínimo de sentido común. Un ejemplo que avala la tesis de la extensión del terror organizado y que despeja toda duda acerca de la estrecha relación del binomio amenaza-hechos.
“Salvador Rasero López. Practicante del hospital de Santa Isabel, que se permitió en dicho benéfico Establecimiento... hacer manifestaciones contrarias al movimiento salvador de España, y de elogios y alabanzas para esas teorías exóticas y salvajes, contra las que luchamos los buenos españoles, a cuyas manifestaciones acompañó con gestos que están absoluta y terminantemente prohibidos...
Ayer, Rafael Fernández Romero, empleado de la pavimentación de una de las calles de esta bendita ciudad, y a pesar de estar prohibida la huelga, se permitió, arengando a otros trabajadores que con él estaban, declarar una huelga ridícula de siete personas.
Ambos, en cumplimento de lo dispuesto, han sido pasados por las armas...”. (APÉNDICE II).
Años después, el día 7 de marzo de 1961, el Marqués de Casa Arizón justificaba públicamente el genocidio que inició en Jerez de la Frontera en su conocido “Discurso” pronunciado en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento, con motivo de la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad impuesta por el alcalde Tomás García-Figueras:
“En aquellos días era indispensable proceder de tal forma... Si, los por entonces miles de afiliados a extrema izquierda, mezclados con la chusma, ya tristemente conocidas por los jerezanos, se hacen dueños absolutos de la población, aunque sólo fuese por unas horas. ¡A las bodegas!, serían sus primeras exclamaciones de alegrías, y ya hartos de vino, saldrían a la calle para poner en práctica las ideas que las propagandas anarquistas habían inculcado en sus mentes, para hacer germinar en ellas el odio a todo lo existente, traducido en muertes y destrucciones...
Las turbas jerezanas, en cuyas cabezas por los efectos del alcohol se habrían inflamado tantas propagandas subversivas, cometerían al salir de las bodegas, espantosas destrucciones y horrendos crímenes, recreándose ante las llamas de los incendios y ante el sufrimiento de sus víctimas con más saña que lo han hecho en otras poblaciones, debido a la inconsciencia de febriles borracheras...”.
Tras recordar las palabras de Arizón consideramos que sobran los comentarios al respecto. Sí resaltamos, en cambio, el carácter de su personalidad pues, si por un lado no demostró ningún tipo de humanidad al ordenar numerosas sentencias de muerte, por otro lado, con este discurso demostró sus aptitudes de gran fabulador.
2.3.- La cifra de la represión
Aunque tenemos información de que la cifra de muertos en Jerez de la Frontera, a causa de la represión llevada a cabo en esta ciudad por las fuerzas reaccionarias, oscila entre las 800 y 1200 víctimas (ver datos que la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica ofrece a través de los medios comunicación locales, concretamente el diario Jerez Información de fecha 10 de marzo de 2003), la lista de víctimas mortales que disponemos de Jerez y su comarca en la actualidad su número se acerca a la de cuatrocientas personas, siendo sólo una cifra aproximada, debido a que nos encontramos en plena investigación. Por este motivo dicha lista aún no está cerrada, ya que aún no hemos agotado todos nuestros recursos y, aunque esto no sea más que una referencia de una muestra más amplia de lo que realmente pudo haber sido, como consecuencia del terror instaurado, los nombres y apellidos que hemos recopilado en nuestra lista provisional están totalmente contrastados y confirmados por diferentes archivos, documentos y fuentes (escritas y orales) que hemos tenido la ocasión de estudiar cuidadosamente. Podemos ofrecer algunos datos que contienen un alto interés humano, y que ayudarán a comprender la dimensión del horror vivido en nuestra ciudad y en su comarca.
2.3.1.- Relación de Victimas de la represión derechista en Jerez de la Frontera
- Las víctimas que aparecen señaladas con el símbolo (*) fueron ejecutadas en Jerez de la Frontera en aplicación de pena de muerte dictada por Consejo de Guerra. Desconocemos la vecindad de este grupo de personas excepto la de Pedro Borrego García (Grazalema), aunque estamos convencido de que se trata de vecinos de otros pueblos de la Serranía gaditana.
- Las víctimas marcadas con el símbolo (**) se refieren a apellidos sueltos sin nombres, nombres sueltos y apodos que forman parte de los 130 casos de asesinados y asesinadas, recogidos en la lista aportada por Don José Sánchez Barrios.
001.- F. ABADÍA
002.- ARMANDO ABOLLADO ASCO
003.- FRANCISCO ABOLLADO ASCO
004.- ANTONIO ACOSTA CAMPO
005.- JOSÉ ACOSTA DURÁN
006.- FRANCISCO ACOSTA GAITERO
007.- JOSÉ AGUILAR HEREDIA
008.- ANTONIO AGUILAR RUIZ
009.- ANTONIO AGUILERA BENÍTEZ (A) RÁBANA1
010.- MANUEL AHUMADA MONGE
011.- JOSÉ ALCÓN
012.- LUIS ALIAÑO
013.- ANDRES ALIAÑO CASTRO
014.- ALFONSO ALMAGRO MOLINA
015.- ANTONIO ALVARADO MÁRQUEZ
016.- JOSÉ ÁLVAREZ MORENO
017.- FRANCISCO ÁLVAREZ PRIETO
018.- RAFAEL APOLO PÉREZ.
019.- JOSÉ ARANTAVE LÓPEZ-CEPERO
020.- JOSE ARANTAVE ORTEGÓN
021.- JOSÉ ARJONA OCAÑA.
022.- JUAN ARZOZ ARROSTIO
023.- JOSE ATIENZA CORRALES *
024.- TEÓFILO AZABAL MOLINA
025.- MANUEL BAENA LETRÁN
026.- PEDRO BÁEZ CARDOSO
027.- JOSÉ BALLESTEROS BEA
028.- JOSÉ MARÍA BAREA GUERRERO
029.- ANTONIO BAREA REGUERA
030.- JUAN BARROSO
031.- MANUEL BARROSO RAMÍREZ
032.- ESTEBAN BASTIDA DURÁN 2
033.- ANDRÉS BAZÁN JIMÉNEZ *
034.- JUAN BERMEJO SIERRA
035.- JOSÉ BERNAL RAMOS
036.- FRANCISCO BERNAL VARGAS
037.- MANUEL BERRAQUERO BENÍTEZ
038.- JOSÉ BOCANEGRA BARÉS
039.- JOSÉ BOCANEGRA CABRERA
040.- ANDRÉS BONILLA BENÍTEZ
041.- PEDRO BORREGO GARCÍA *
042.- JUAN MANUEL BOZANES DEL RÍO
043.- FLORENCIO BUSTILLO MOYANO
044.- JOSÉ CABALLERO CABALLERO
045.- MIGUEL CABEZAS
046.- JUAN CABRAL GARCÍA.
047.- JUAN CABRERA ORTEGA3
048.- MANUEL CALLE CAMAS.
049.- FRANCISCO CALVENTE MORENO4
050.- JOSÉ CAMACHO GIL (a) CAMACHITO5
051.- JOAQUÍN CAMACHO PEÑA 6
052.- EDUARDO CAMACHO RUIZ 7
053.- FERNANDO CANTO GARCÍA
054.- JUAN CARCAÑO
055.- FRANCISCO CÁRDENAS TORRALBA
056.- MANUEL CARPIO CARPIO
057.- JOSÉ CARRASCO PAVÍA
058.- MANUEL CARRETERO
059.- FRANCISCO CARRIBERO PIZONES
060.- JOSÉ CARRIÓN SÁNCHEZ
061.- JOSÉ CASTELLANO GONZÁLEZ
062.- VICENTE CASTILLA FLORES
063.- JOSÉ CASTRO DUARTE
064.- JOSÉ CAZALLA RUIZ
065.- FERNANDO CERVERA FERNÁNDEZ
066.- GUILLERMO CHACÓN
067.- ANTONIO CHACÓN FERRAL
068.- LUIS CHACÓN GONZÁLEZ (a) EL MELLIZO
069.- JUAN CHAMORRO GONZÁLEZ
070.- ANTONIO COBO PEÑA
071.- ANDRÉS COBOS GONZÁLEZ 8
072.- FRANCISCO CONTRERAS GÓMEZ
073.- ANTONIO CORDERO ANGULO
074.- JUAN ANTONIO CORDERO GARCÍA
075.- DOMINGO CÓRDOBA CARDOSO
076.- CRISTÓBAL CORRAL CARREÑO
077.- JOSÉ CORTIJO CARRETERO
078.- BARTOLOMÉ COTRINO SALAS
079.- FERNANDO COUTO GARCÍA
080.- JOSÉ COUTO GÓMEZ
081.- PEDRO CREO SABORIDO
082.- JOSÉ CRESPO PINTO
083.- FRANCISCO CUENCA JAÉN
084.- CARLOS CUEVA GONZÁLEZ
085.- GUILLERMO DE TORNO SÁNCHEZ
086.- JOSÉ DEL ÁGUILA
087.- AVELINA DÍAZ CALVO
088.- CARMEN DÍAZ CALVO
089.- ESTIGIO DÍAZ CALVO
090.- JULIO DÍAZ CALVO
091.- SILVIANO DÍAZ CALVO
092.- FERNANDO DÍAZ GARCÍA
093.- EDUARDO DÍAZ MARTÍNEZ
094.- JOSÉ DIAZ-BORREGO DIÁNEZ
095.- JUAN DOMÍNGUEZ BUSTILLO (a) RASPAURA
096.- DIEGO DOMÍNGUEZ GÓMEZ
097.- RAFAEL DOMÍNGUEZ JIMÉNEZ
098.- MANUEL DOMÍNGUEZ MÁRQUEZ
099.- JUAN DOMÍNGUEZ MORENO (a) BOCA ANCHA9
100.- SEBASTIÁN DOMÍNGUEZ MORILLA10
101.- ANDRES DOMÍNGUEZ PAVÓN
102.- JOSÉ DOMÍGUEZ PORRAS11
103.- FRANCISCO DOÑA BLANCO
104.- JOSÉ DORANTES GONZÁLEZ
105.- JOSÉ DURÁN ORELLANA (a) EL ALACRÁN
106.- FRANCISCO ENRIQUEZ BERNAL
107.- JOSÉ ESPINOSA
108.- JUAN ESPINOSA DE LOS MONTEROS
109.- JUAN ESTUDILLO MIGEN
110.- JOSE FERNÁNDEZ ACOSTA
111.- SEBASTIÁN FERNÁNDEZ ACOSTA
112.- FRANCISCO FERNÁNDEZ ALCÓN
113.- FRANCISCO FERNÁNDEZ BAREA
114.- RAMON FERNÁNDEZ GARCÍA
115.- DIONISIO FERNÁNDEZ LÓPEZ DE AGUIRRE
116.- ANTONIO FERNÁNDEZ MOSCOSO 12
117.- JOSÉ FERNÁNDEZ PLAZA
118.- RAFAEL FERNÁNDEZ ROMERO (a) RAFAELILLO
119.- MANUEL FIDALGO VALLADARES
120.- JUAN FLORES
121.- JULIO FUENTES CAIRÓN
122.- FERNANDO GAGO LUNA
123.- JUAN GALÁN BASTIDA 13
124.- BARTOLOMÉ GALLEGO DOMÍNGUEZ14
125.- BARTOLOMÉ GALLEGO RODRÍGUEZ 15
126.- FRANCISCO GALLO MOSCOSO
127.- ANTONIO GÁLVEZ JIMÉNEZ
128.- JOSÉ GÁLVEZ POZO
129.- JOSÉ GARCÍA
130.-JOSE GARCÍA CANDÓN
131.- JOSÉ GARCÍA CARO
132.- JUAN GARCÍA GUERRERO
133.- JOSÉ GARCÍA HORRILLO
134.- FRANCISCO GARCÍA JIMÉNEZ
135.- ANTONIO GARCÍA MARINA
136.- SALVADOR GARCÍA MARTÍN 16
137.- ANGEL GARCÍA MORENO
138.- JUAN MIGUEL GARCÍA MORENO
139.- RAFAEL GARCÍA MUÑOZ 17
140.- MANUEL GARCÍA PARADA
141.- MANUEL GARCÍA ROMÁN
142.- MIGUEL GARCÍA ROMÁN (a) EL NIÑO DE LOS NARDOS
143.- JUAN GARCÍA ROSALES
144.- JOSÉ GARRIDO MORENO
145.- JERÓNIMA GARRIDO RUIZ
146.- JOSÉ GARZÓN
147.- JUAN GAVIRA
148.- J. GILABERT
149.- MANUEL GÓMEZ
150.- FRANCISCO GÓMEZ AGUILAR 18
151.- JOSÉ GÓMEZ ARTAI
152.- ANTONIO GÓMEZ AVECILLA
153.- JUAN GÓMEZ BENÍTEZ19
154.- JOSÉ GÓMEZ CANTILLÓN
155.- MANUEL GÓMEZ CARRASCO
156.- MANUEL GÓMEZ POYATOS
157.- DOMINGO GÓMEZ RODRÍGUEZ
158.- MANUEL GÓMEZ RUIZ
159.- DIEGO GÓMEZ SERRANO
160.- JOSÉ GONZÁLEZ MARCHANTE
161.- JUAN GONZÁLEZ MORENO
162.- MANUEL GONZÁLEZ RUIZ
163.- ANTONIO GRAJALES ESTÉVEZ
164.- JOSÉ GRANADOS GÓMEZ
165.- ANTONIO GROSO SEDA
166.- FRANCISCO GUERRA REQUEJO
167.- FRANCISCO GUERRA TENORIO
168.- JOSÉ GUERRA VÍLCHEZ 20
169.- JOSÉ GUERRERO ANGULO
170.- JOSÉ GUERRERO BOCANEGRA
171.- MANUEL GUERRERO RUIZ
172.- JOSÉ MARÍA GUISA DIÁNEZ
173.- MANUEL GUTIÉRREZ MORALES
174.- CRISTÓBAL GUTIÉRREZ ROMERO 21
175.- GONZALO HEDRERA RINCÓN
176.- JOSÉ HERNÁNDEZ PÉREZ
177.- ANGEL HERRERA OTERO
178.- JOSÉ HERRERA OTERO
179.- CARMEN HOMBRE PONZOA
180.- MARÍA HORMIGO REINA
181.- JUAN HUERTAS
182.- FRANCISCO INFANTE GALLARDO
183.- FERNANDO IZQUIERDO GONZÁLEZ
184.- FRANCISCO IZQUIERDO GUTIÉRREZ
185.- JOSÉ JIMÉNEZ ALCÓN
186.- JUAN JIMÉNEZ ORTEGA
187.- JOSÉ MARÍA JURADO GONZÁLEZ
188.- JOSÉ LECHUGA
- ANTONIO LIRIO LEÓN (a) EL MORCILLERO
190.- RAFAEL LIRIO LEÓN
191.- TEODORO LLORENTE FRAILE
192.- DOMINGO LOBATO GÓMEZ
193.- MANUEL LÓPEZ BELLIDO
194.- RAFAEL LÓPEZ FERNÁNDEZ 22
195.- FRANCISCO LÓPEZ TEJERO
196.- SALVADOR LORCA DURÁN
197.- JUAN LOZANO DE LOS RÍOS
198.- ANTONIO M. HEREDIA
199.- ANTONIO MAGÁN ZAFRA
200.- HONORIO MARÍN GÓMEZ
201.- ANTONIO MARÍN JIMÉNEZ
202.- ANTONIO MARÍN PÉREZ
203.- FRANCISCO MARÍN PÉREZ
204.- JOSÉ MARÍN PÉREZ
205.- MANUEL MARÍN PÉREZ
206.- JUAN MÁRQUEZ
207.- PEDRO MÁRQUEZ CALVENTE
208.- JOSÉ MÁRQUEZ OLIVA
209.- JOSÉ MARTÍN
210.- JUAN MARTÍN BELTRÁN 23
211.- ANTONIO MARTÍN ORTEGA (a) ANTONIO EL CATORCE
212.- DÁMASO MARTÍNEZ
213.- DIEGO MARTÍNEZ DOMÍNGUEZ
214.- JOSÉ MARTÍNEZ LECHUGA
215.- EDMUNDO MASERO GARCÍA
216.- MANUEL MATEOS CALLEALTA
217.- JOSÉ MATEOS PÉREZ
218.- JUAN MÁXIMO SALAZAR
219.- JOSÉ MENACHO FERNÁNDEZ
220.- FRANCISCO MENACHO JIMÉNEZ
221.- JUAN MESA LÓPEZ
222.- JUAN MESA RAMÍREZ
223.- JUAN MONROY FERNÁNDEZ (a) El PESCAO
224.- LORENZO MONTES CERRO
225.- J. MORALES
226.- ANTONIO MORALES BERNAL
227.- JOSÉ MARÍA MORALES JIMÉNEZ
228.- BENITO MORALES LINARES (a) PALOMERA24
229.- JOAQUÍN MORÁN RODRÍGUEZ
230.- ANTONIO MORENO
231.- JOSÉ MORENO
232.- RAFAEL MORENO
233.- MANUEL MORENO DURÁN
234.- ANTONIO MORENO FRANCO
235.- MIGUEL MORENO PUERTO
236.- ANTONIO MUÑOZ
237.- BENITO MUÑOZ AGARRAO
238.- ANTONIO NARBONA BARRIOS
239.- JOSÉ NATERA
240.- JUAN L. NEPOMUCENO
241.- MANUEL NOLÉS INÉS
242.- DIEGO NÚÑEZ SUÁREZ (a) LA PURA
243.- SEBASTIÁN OLIVA JIMÉNEZ
244.- ANTONIO MIGUEL OLIVER VILLANUEVA
245.- FRANCISCO ORGANVÍDEZ GARCÍA *
246.- JUAN ORGANVÍDEZ GARCÍA*
247.- RAFAEL ORGE MEJÍAS
248.- LUIS ORTEGA BARTOLOMÉ
249.- JUAN MANUEL ORTEGA MORA (a) JUAQUINATO
250.- ANTONIO ORTEGA VÁZQUEZ *
251.- JUAN ANTONIO PADILLA CABELLO
252.- JUAN PADILLA MARTÍN
253.- MARCELO PAJARES CASTAÑO
254.- JOSÉ PALACIOS PEÑA
255.- GREGORIO PAMPÍN PÉREZ
256.- ANTONIO PANAL GUERRERO
257.- JOSÉ PÁRAMO
258.- FRANCISCO PASCUAL MÁRQUEZ 25
259.- F. PATIÑO
260.- ANTONIO PAZOS BENÍTEZ
261.- MIGUEL PEDREGAL ROLDÁN
262.- MANUEL PEÑA
263.- BERNARDO PERDIGONES AGUILAR
264.- DOMINGO PÉREZ ALMAGRO
265.- JUAN ANTONIO PÉREZ AMARILLO
266.- FRANCISCO PÉREZ BARRANCO
267.- JOSÉ PÉREZ BEAS
268.- AGUSTÍN PÉREZ CABELLO
269.- FRANCISCO PÉREZ FERNÁNDEZ
270.- MANUEL PÉREZ FERNÁNDEZ
271.- JUAN ANTONIO PÉREZ JARILLO
272.- JUAN PÉREZ MORENO
273.- FRANCISCO PÉREZ PÉREZ
274.- FRANCISCO PÉREZ SÁNCHEZ
275.- ANTONIO PINA CORTÉS
276.- JUAN PIÑERO LÓPEZ
277.- JESÚS PONS
278.- FERNANDO PORRUA SCOTT
279.- ANTONIO RAMOS LEBRÓN
280.- FRANCISCO RAMOS MONTERO 26
281.- SALVADOR RASERO LÓPEZ
282.- ANDRÉS REDONDO LAGO 27
283.- FRANCISCO RETAMERO RODRÍGUEZ
284.- JOSÉ REYES
285.- MANUEL ROBLES GUERRA
286.- JOSÉ RODRÍGUEZ
287.- CARLOS RODRÍGUEZ ALCEDO
288.- MANUEL RODRÍGUEZ PÉREZ
289.- JUAN RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ.
290.- MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ (a) EL CORCHA
291.- DOMINGO RODRÍGUEZ SUÁREZ
292.- JOSÉ RODRÍGUEZ TAMAYO
293.- JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ VALENZUELA
294.- JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ DE MEDINA RODRÍGUEZ
295.- IDELFONSO ROJAS ARILLO
296.- MIGUEL ROJAS DELGADO
297.- JOSÉ ROJAS FRANCO
298.- CRISTÓBAL ROMERO (a) EL SEÑA 28
299.- ANTONIO ROMERO CASTRO
300.- JOSÉ ROMERO NÚÑEZ
301.- SEBASTIÁN ROMERO SALGUERO
302.- RAFAEL ROSA SÁNCHEZ
303.- MANUEL ROSILLO IGLESIA(a) EL LOLI
304.- JOSÉ RUIZ BENÍTEZ
305.- MANUEL RUIZ LINARES
306.- ANTONIO RUIZ TERÁN
307.- MANUEL SALADO GONZÁLEZ
308.- MANUEL SALADO RODRÍGUEZ
309.- ANTONIO SALAS JARA
310.- ANTONIO SÁNCHEZ
311.- JOSÉ SÁNCHEZ
312.- JUAN SÁNCHEZ
313.- JOSÉ SÁNCHEZ BARRIOS
314.- JUAN SÁNCHEZ BERNAL
315.- FRANCISCO SÁNCHEZ FERNÁNDEZ
316.- ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA 29
317.- MANUEL SÁNCHEZ GÓMEZ
318.- ANTONIO SÁNCHEZ PÉREZ
319.- MANUEL SÁNCHEZ QUEVEDO
320.- ANTONIO SÁNCHEZ SALVADOR
321.- JOSÉ SANTAMARÍA JIMÉNEZ
322.- MIGUEL SANTIAGO ALBA
323.- JOSÉ SEGOVIA MEDINA
324.- MANUEL SEVILLA SERRANO
325.- ANTONIO SOLANO
326.- JOSÉ SORIANO GALINDO
327.- PEDRO SOTO DELGADO
328.- MANUEL SOTO GARCÍA
329.- MANUEL SUÁREZ MORENO
330.- JUAN TABOADA JIMÉNEZ
331.- EMILIO TEJERO ROMERO
332.- JOSÉ TEJERO ROMERO
333.- JOSÉ TORNAY ORELLANA 30
334.- EMILIO TORNERO CINTADO
335.- ANTONIO TORRALBO
336.- ÁNGEL TORRES CELIS
337.- JOSÉ TRIANO LAZO
338.- JUAN VACA ATIENZA
339.- MIGUEL VALDIVIESO
340.- ENRIQUE VALENZUELA CARRIBERO
341.- JUAN VALLEJO
342.- MANUEL VARELA GAGO
343.- MIGUEL VARGAS NIEVES
344.- JUAN VENEGAS GIL
345.- SALVADOR VENEGAS GIL
346.- ANDRÉS VILLALOBOS RINCÓN*
347.- ANTONIO VILLANUEVA TEJERO
348.- DIEGO ZAPATA BELÓN *
349.- JUAN ZAYAS REGUERA (a) EL RUBIO
350.- AGUILAR **
351.- ARRIAZA **
352.- BALTASAR (...) ARROYO **
353.- AZUMENDI **
354.- AZUMENDI (Esposa de) **
355.- CALITA **
356.- CUBILES **
357.- CHAMORRO **
358.- CHARLOTO **
359.- EL BARQUILLERO **
360.- EL CARRETE **
361.- EL GATO RUBIO **
362.- EL LATERO DE LA CALLE FRANCOS **
363.- EL LIMPIO **
364.- EL MANTECA **
365.- EL TETE **
366.- FAROLES **
367.- LA TRONCHA **
368.- LEÓN **
369.- MOJICA **
370.- MORITA **
371.- OSORIO **
372.- HERMANO DE PINTO **
373.- POSADAS **
374.- REPINGO **
375.- RICHARTE **
376.- VALDERAS **
377.- VALENZUELA **
378.- YERNO DE CARRETERO **
379.- ZARAMBIMBO **
380.- JOSÉ MARÍA **
381.- SALVADOR “EL MANCO” **
De esta extensa lista, queremos resaltar diferentes nombres de fallecidos que pertenecían a grupos concretos de la sociedad jerezana. De estos grupos concretos, es nuestra obligación el subrayar que existen los que se encuadraban dentro del término republicano, y también de los que en absoluto se identificaban con esos principios, como era el caso del anarcosindicalismo jerezano, y de forma muy específica, del anarquismo, conceptos ideológicos que aglutinaban una clase obrera bastante numerosa en nuestra ciudad y su comarca. Así, existen en la lista personas que pertenecían a la Corporación Municipal, como el alcalde Antonio Oliver Villanueva de Izquierda Republicana, o Francisco Retamero Rodríguez, del Partido Socialista; miembros del campesinado y del proletariado jerezano, tales como Sebastián Oliva Jiménez, José Tejero Romero, Honorio Marín Gómez, y Miguel García Román; miembros del Ateneo Libertario Estudios, como Antonio Narbona Barrios; trabajadores del Magisterio, como Teófilo Azábal Molina, Juan Antonio Marín, y Carmen Hombre Ponzoa; escritores y articulistas, como Francisco Guerra Tenorio o Avelina Díaz Calvo; homosexuales como Diego Núñez Suárez, conocido como La Pura; ejemplo de familia represaliada como los hermanos Díaz Calvo (Avelina, Extigio, Silviano, Julio y Carmen); también casos de víctimas procedentes de otras poblaciones de la provincia de Cádiz, como el caso de José Tornay Orellana, vecino de Alcalá del Valle, o el caso de Esteban Bastida Durán, vecino de Setenil de las Bodegas.
La conclusión de este apartado no estaría completa sin hacer una mención especial al caso confirmado que denominamos Nº 382, en referencia a la “última víctima de la Guerra Civil” en Jerez, expresión ésta por la que se llegó a conocer al escritor jerezano Manuel Moreno Barranco, quien fue asesinado en la cárcel de Jerez en febrero del año 1963.
2.3.2- Depuración y cese de empleados y funcionarios municipales en Jerez de la Frontera
La depuración practicada sobre el personal del Ayuntamiento, como consecuencia de la represión política puesta en marcha tras el golpe de estado de 1936, fue bastante temprana: Así, en el Boletín Oficial de la Provincia nº 188, de 7 de agosto de 1936 aparece una circular del Gobernador Civil de la provincia dirigida a los alcaldes que presiden las llamadas Comisiones Gestoras Municipales, “a fin de que en cada corporación se verifique una escrupulosa depuración del personal de todas las clases y categorías de dependientes de las mismas, para que fulminantemente queden separados definitivamente de sus cargos todos aquellos que hubiesen tenido relación con el llamado Frente Popular, por ser esta medida absolutamente necesaria para que dentro de cada municipio aquellos funcionarios que con olvido de sus deberes más elementales se dedicaron a actuar políticamente contribuyendo con ello a la ruina que para la Patria ha significado el mencionado Frente Popular queden sancionados adecuadamente”.
De modo que en virtud de las facultades extraordinarias conferidas a la Alcaldía por la anterior Circular, desde los primeros días del mismo mes de agosto (en algunos casos incluso antes de la mencionada circular) se pone en marcha inmediatamente en el Ayuntamiento de Jerez la maquinaria represora para castigar severa y ejemplarmente al personal que se había mostrado simpatizante o colaborador del Frente Popular.
Estos son los datos controlados hasta el momento sobre la relación del personal empleado en el Ayuntamiento declarado cesante y depurado:
1.- Antonio Chacón Ferral. Jefe de la Guardia Municipal. En realidad este empleado había ya sido suspendido de empleo y sueldo en julio de 1936 por orden del Comandante militar de la plaza.
2.-Salvador Rasero López. Practicante en el Hospital de Santa Isabel.
3.- José Díaz-Borrego Diánez. Médico de la Beneficencia.
4.-Edmundo Masero García. Practicante de la Beneficencia Municipal Domiciliaria.
5.- Luis Paz Varela. Jefe de la Sección de Epidemiología del Laboratorio Municipal.
6.- José León Rodríguez. Guarda del Cementerio Católico.
7.-José Arboleda Parra. Mozo de Hospital.
8.-José Aguilar Lozano. Oficial de la Imprenta Municipal.
9.-Fernando Barrera Saborido. Oficial de oficinas municipales, como funcionario municipal.
10.-Manuel Tamayo Zaldívar. Ídem.
11.-Pedro Gómez Junquera. Ídem.
12.- José Carrión Sánchez. Idem.
13.-José Vázquez Villagrán. Jefe de la Oficina de Colocación Obrera.
14.-Luis Jarana Cárdenas. Guarda del Parque González Hontoria.
15.-Antonio Sepúlveda Rivas. Chófer del Laboratorio Municipal.
16.-Fernando González Fabre. Encargado de la conservación y limpieza de las máquinas de escribir del Ayuntamiento y relojero municipal.
17.-Blas Frontán Nieves. Auxiliar de Administración del Hospital.
18.-José Varela Gago. Bombero Municipal.
19.- Gumersindo Moure Vázquez. Sepulturero del Cementerio.
20.-José Longueira Carballeda. Mozo de Hospital.
21.-Antonio Carrasco Clavijo. Mozo de Hospital.
22.-Avelino Borreguero Pereira. Sepulturero del Cementerio.
23.-Luis Rey Requejo. Ídem.
24.-Juan L. Fernández Doblado. Mozo del Hospital.
25.-José Romero Guerra. Sepulturero del Cementerio.
26.-Santiago González Ollis. Mozo del Hospital.
27.-Antonio Moreno Lozano. Mozo del Hospital.
28.-Manuel Vega García. Sepulturero de Cementerio.
29.-Manuel Domínguez Pérez. Jornalero Municipal en labores forestales.
30.-Mateo Rosado Aguilar. Ídem.
31.-Francisco Cabezas Mateos. Ídem.
32.-Agustín Martínez Carmen. Oficial de oficinas municipales, como funcionario municipal.
33.-María Luisa Fernández Cala. Empleada de la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana.
34.-Salvador Domínguez Taltabull. Ídem.
35.-Juan Benítez Carbona. Guardia Municipal.
36.- Juan Aguilar Montero. Ídem.
37.- Antonio Gómez Cantillón. Ídem.
38.- Andrés García de Veas. Ídem.
39.- Francisco Romero Sánchez. Ídem.
40.-Francisco Gómez Cantillón. Ídem.
41.-Francisco Infante Gil. Ídem.
42.-Fulgencio Messeguer Pérez. Ídem.
43.-Manuel Gálvez Heredia. Ídem.
44.-Antonio Fernández Moreno. Ídem.
45.-Juan López Aguilar. Ídem.
46.-Francisco García Sánchez, Ídem.
47.-José Moreno Galínez. Ídem.
48.-Enrique Rivera Otero. Ídem.
49.-Antonio Saborido del Río. Ídem.
50.-Enrique Huertas Vázquez. Ídem.
51.-José Gordillo Fuentes. Ídem.
52.-Fernando Couto García. Ídem.
53.-José Morales Barrero. Ídem.
54.-Andrés Para Lobato. Ídem.
55.-José González Cantalejo. Ídem.
56.-Manuel Espinosa Acosta. Ídem.
57.-Antonio Cruz. Ídem.
58.-Dionisio Algaba Iglesias. Ídem.
59.-Antonio Algaba Iglesias. Ídem.
60.-Interventor del Ayuntamiento (la documentación no especifica su nombre)
61.-Antonio Gallego Muñoz. Interventor de Arbitrios.
62.- Fernando Vargas Molina. Ídem.
63.-José Gómez Cantillón. Ídem.
64.-Juan Gil Díaz. Inspector Auxiliar de Arbitrios.
65.- Gabriel Cubiles. Ídem.
66.-Domingo Arroyo García. Ídem.
67.-José Cortijo Franco. Ídem.
68.-José Martínez Peña. Ídem.
69.-Manuel Muñoz Agarrado. Ídem.
70.-Manuel Gallego Merino. Ídem.
71.-Francisco Acosta Gaitero. Ídem.
72.-Cristóbal Correa Armario. Ídem.
73.-Manuel Gómez Cantillón. Ídem.
74.-Antonio Estapia Jiménez. Ídem.
75.-Francisco Martínez. Ídem.
76.-Francisco Arial Jiménez. Ídem.
77.-José Andrades Ruiz. Ídem.
78.- José Ortega Fontán. Ídem.
79.-Joaquín Núñez García. Ídem.
Aún no tenemos suficientes datos para poder cuantificar porcentualmente el alcance de la represión aproximada de la plantilla del Ayuntamiento de Jerez en 1936, pero estamos convencidos que estos setenta y nueve casos documentados suponen un porcentaje bastante significativo de lo que supuso globalmente la purga ideológica que se instauró con el nuevo régimen. Además, hay que hacer cierto hincapié en el hecho de que la represión municipal se cebó especialmente en algunas secciones, como las de la Guardia Municipal, de empleados de Arbitrios o las de empleados de distinta cualificación profesional relacionados con la Sanidad Municipal.
Asimismo, de la relación de funcionarios declarados cesantes y depurados que ofrecemos en este capítulo, tenemos que tener en cuenta que por el momento hemos hallado diez personas registradas que, al mismo tiempo, forman parte del grueso de la lista de asesinados que aportamos en el capítulo anterior. Los nombres de estos fallecidos son: Francisco Acosta Gaitero, José Carrión Sánchez, Fernando Couto García, Antonio Chacón Ferral, José Díaz-Borrego Diánez, José Gómez Cantillón, Edmundo Masero García, Salvador Rasero López, Mateo Rosado Aguilar, José Varela Gago.
De la misma manera que reiteradamente hemos afirmado, con respecto a la lista de fallecidos, que ésta sigue abierta, también lo hacemos con la de depurados y cesados.
2.3.3.- Incautación de bienes
Una vez que la maquinaria represiva se puso en marcha, bien por la eliminación física del contrario, bien por la purga ideológica, o por la encarcelación de ciudadanos molestos, se quiso dar una nueva vuelta de tuerca para afianzar el status quo de las nuevas autoridades totalitarias, mediante la llamada incautación de bienes por responsabilidad civil de partidos y sindicatos, para socavar definitivamente la infraestructura del régimen anterior, así como la influencia de las grandes organizaciones revolucionarias. Por otro lado se conseguiría abastecer económicamente a la infraestructura del nuevo régimen, a la vez que hundiría en la miseria a “individuos culpables de actividades marxistas o rebeldes”, y a sus familiares directos como sus viudas y sus huérfanos.
Los antecedentes inmediatos de la incautación de bienes podemos hallarlos en los primeros días del golpe, cuando comienza la represión económica de forma descontrolada, siendo asaltadas las sedes de las organizaciones políticas, sindicales y sociales. Pero a raíz de la publicación del Bando firmado por el General Jefe de la 2ª División Orgánica y del Ejército del Sur, Gonzalo Queipo de Llano -en el que se hacía un llamamiento de solidaridad económica a la población para que ésta se solidarice con sus donaciones con el Ejército y el nuevo Estado-, y las posteriores medidas que se realizaron, se instaura la práctica de la represión económica de forma legal.
Estas disposiciones posteriores se hallan recogidas en el artículo 2º del Bando del 11 de septiembre de 1936 -sobre incautación de bienes- y en el Decreto de la Junta Técnica del Estado, del 13 de septiembre de 1936- en donde se ordena la incautación de “cuantos bienes, muebles e inmuebles, efectos y documentos pertenecientes a los referidos partidos o agrupaciones, pasando todo ello a la propiedad del Estado”. Finalmente, a partir de la publicación en el Decreto-Ley con fecha de 10 de enero de 1937, dicha Junta Técnica unifica todos los procedimientos de incautación a nivel general a través de la Comisión Gestora de Incautaciones.
De esta manera, nos encontramos por ejemplo que lo números 261 y 276, del Boletín Oficial de la Provincia, de 30 de octubre y de 17 de noviembre de 1936, aparecen dos listados de vecinos de Jerez a los que se les incoan expedientes de incautación de bienes, quienes en total suman 58 expedientados, de los cuales 31 de ellos aparecen como asesinados en la lista que hemos presentado en el apartado 2.3.1. de este capítulo, lo que supone un 53,4% del total de los casos registrados en los ejemplos mencionados del B.O.P.
En cuanto a la confiscación de los bienes de las asociaciones jerezanas en general y organizaciones obreras en particular, ésta fue practicada siguiendo unos procedimientos que simulaban una legalidad que en realidad no existía, en tanto en cuanto ésta se estaba construyendo paralelamente a los hechos mismos de la represión.
Concretamente, las cuentas de los fondos de las sociedades obreras, se incautaron siguiendo dicho proceso de aparente legalidad. Los miembros de las juntas directivas de las diferentes sociedades obreras de Jerez -normalmente formadas cada una por Presidente, Secretario, Tesorero y/o algún vocal- eran “autorizados” a reunirse en uno de los salones del Ayuntamiento ante el mismo Alcalde, asistido éste del Secretario de dicha institución. Desde luego, la coacción que significaba este tipo de reuniones, y el engaño que suponía ese trámite con apariencia legal que aparece plasmado en los documentos investigados, se puede apreciar desde el primer momento en que se producen los encuentros entre sociedades obreras e instituciones fascistas.
El expolio comienza formalizándose mediante los “acuerdos” recogidos en el acta que escribe el Secretario del Ayuntamiento bajo las órdenes del alcalde. A veces, en dicha acta se escribe textualmente que los anteriores acuerdos se hace “interpretando, según las impresiones recogidas, los propósitos de los afiliados” de la sociedad obrera en cuestión, y que, en general, se basaban en dos puntos fundamentales:
1º) La disolución de la expresada sociedad de resistencia.
2º) La entrega inmediata a la primera autoridad de la plaza de todos sus fondos en existencia para los fines que ésta estimara conveniente.
Una vez formalizados los “acuerdos”, el Alcalde procedía a expedir un documento autorizando a los miembros de la junta directiva de la sociedad obrera a retirar de la entidad bancaria el saldo de su sindicato. Este dinero (que solía estar ingresado en alguna cuenta de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, en la Caja de Ahorros de Andalucía Occidental, en el Banco de España, en el Banco de Bilbao, en el Banco Español de Crédito, etcétera.), más el que poseía el Tesorero en efectivo, era entregado al alcalde para destinarlo a lo que se denominaba como “suscripción patriótica”, que estaba dividida en tres partes iguales que se destinaban, en teoría, al Ejército, a Falange Española y a las cocinas económicas.
En esas reuniones “autorizadas” por la Alcaldía, entre las sociedades obreras y el alcalde Bernabé Rico Cortés, se daban situaciones increíbles que sirven para describir la situación en que se encontraba los obreros de los sindicatos. El 18 de agosto de 1936, por ejemplo, en el Acta tomada ese día se recogió por escrito que los trabajadores de la Sociedad de Toneleros hacían constar, además, que poseen una imprenta que “voluntaria y espontáneamente” ceden a Falange Española.
El futuro de los trabajadores “donantes” era previsible, como lo demuestra los diferentes documentos estudiados. El 27 de octubre de 1936, el Presidente de la Sociedad de Unión de Empleados de Escritorio, Armando Abollado Asco, después de haber tenido que pasar -los días 11 y 12 de agosto de 1936- por el referido trámite de disolución de dicha sociedad y de donación de sus fondos, es ejecutado sin más dilaciones.
También Falange Española de la JONS participó activamente en tener sus propios encuentros con algunas sociedades obreras. En carta remitida al alcalde, con fecha 12 de agosto de 1936, el Jefe de Investigación de Falange, José Madroñal Garabito, hace un envío de una cantidad de dinero que el Sindicato de Empleados de Banca y Bolsa “me entrega con destino mitad a la suscripción para el Ejército y la otra mitad para los comedores de asistencia social...”. Dos días antes, el 10 de agosto, el que había sido Presidente de dicha sociedad, Eduardo Díaz Martínez, fue asesinado.
Las consecuencias lógicas de esta extensión de incautación de bienes tenía que tener necesariamente repercusiones en el mundo cultural, en el de la educación y en el de la información. Así, al proceso de represión física, ideológica, política, social y económica, que todas las fuerzas adeptas al “Movimiento” se encargaron de llevar a cabo con una eficacia mortal, se le llegó a unir una fase paralela de represión cultural bastante definida, y conocida como la censura e incautación de libros denominados “pornográficos” y “de tendencia social”.
Esto último se lleva a cabo de forma escalonada con el nombramiento en diferentes etapas de un delegado del Alcalde para la incautación de libros pornográficos o de “tendencia social contraria al espíritu que anima el movimiento patriótico nacional”. El método que se utilizaba era muy sencillo, consistiendo éste en la revisión, en las librerías, quioscos y establecimientos donde se expendían libros, folletos o periódicos, para proceder a su censura e incautación. Así, dicho procedimiento se hacía normalmente por este delegado auxiliado en todo momento por el Batallón Miliciano de Jerez (encabezado por Manuel Chamorro Latorre, Fernando Casal Soto, José de Soto Molina y Pedro Pérez Clotet entre otros), y de Manuel Esteve Guerrero, éste último como Bibliotecario del Ayuntamiento de Jerez. Oficialmente, la incautación se realizaba con “carácter provisional” , cuyo depósito se hacía en la Biblioteca Municipal, en donde se dictaba la definitiva resolución tras un detenido examen del material.
En un informe final de gestión, fechado el 18 de septiembre de 1936 y dirigido al Alcalde, el delegado nombrado para estos asuntos, José Soler Díaz-Guijarro, realiza un balance de 1462 volúmenes incautados, además de gran cantidad de folletos “de menor importancia”. En dicho informe este delegado proponía una nueva línea oficial de incautación de material escrito al afirmar que “los más interesantes registros pudieran efectuarse en domicilios de personas que, por sus circunstancias y antecedentes, pueden ser depositarios fraudulentos de la más peligrosa literatura que haya podido ser puesta a salvo de algunos de los establecimientos registrados y de otras entidades u organismos...”
Una vez terminada la gestión de José Soler Díaz-Guijarro, al día siguiente, el 19 de septiembre, es nombrado un nuevo delegado del Alcalde para la incautación de libros “pornográficos” y “de tendencia social” en Jerez, Ángel Rodríguez Pascual, a quien el alcalde le encomendó la misión de dirigirse a la biblioteca que existía en Telégrafos.
Aunque las incautaciones, y los depósitos del material en la Biblioteca Municipal, se hacían teóricamente con carácter provisional, esto no fue más que una excusa retórica para justificar el expolio y la rapiña que se llevó a cabo de una forma evidente. Esto lo podemos confirmar en el informe que el Director de la Biblioteca Municipal envió a Bernabé Rico Cortés el 14 de octubre de 1936, por el que le comunicaba que “con esta fecha distribuyo entre el Hospital Santa Isabel, Falange Española y Requeté Tradicionalista de esta ciudad las obras que, procedentes de los centros obreros y partidos disueltos, existen duplicadas en esta Biblioteca...” .
Jerez de la Frontera, a 10 de junio de 2005
Trabajo revisado y mejorado del presentado para las las XI Jornadas de Historia de Jerez,
el 18 de noviembre de 2004
NOTA DE AGRADECIMIENTO
Agradecemos a todas aquellas personas, familiares de las víctimas o no, cuyos testimonios -en algunos casos- han resultado determinantes para identificar a aquéllas que no pudieron serlo a través de fuentes documentales. En este sentido, este trabajo también les debe mucho y les pertenece.
*La información utilizada para la elaboración de las listas de las víctimas de la represión en Jerez proceden, fundamentalmente, de la investigación llevada a cabo por los siguientes vocales investigadores de “Jerez Recuerda”, por orden alfabético: Antonio Fuego García, José García Cabrera, Ignacio Gómez Palomeque, Cristóbal Orellana González, José Manuel Rodríguez Casanueva, Juan Luis Rodríguez Orellana, David Ruano Delgado, María José Ruiz Piñero, Francisco Sánchez Martínez y Juan Sánchez Pazos. Aunque Ignacio Gómez Palomeque, Manuel María Mateos González, Cristóbal Orellana González, David Ruano Delgado, Francisco Sánchez Martínez y Juan Sánchez Pazos no pertenecen actualmente a la Asociación, han aportado igualmente los datos de sus respectivas investigaciones para este trabajo que hoy se publica”.
En esta investigación también han colaborado los socios de Jerez Recuerda Manuel María Mateos González y Ana María Rodríguez Casanueva. Aunque Manuel María Mateos González, tampoco pertenece en la actualidad a nuestra Asociación, queremos agradecer su valiosa aportación en temas informáticos.
La Coordinación de datos y la Redacción del presente trabajo han sido realizados por María José Ruiz Piñero y José Manuel Rodríguez Casanueva.
NOTAS A PIE DE PÁGINA
* La palabra “paco” se refiere a lo que se conoce hoy en día como francotirador.
1 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
2 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
3 Vecino de Olvera ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
4 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
5 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
6 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
7 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
8 Vecino de Los Barrios ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
9 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
10 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
11 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
12 Vecino de El Bosque ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
13 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
14 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
15 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
16 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
17 Vecino de Sanlúcar de Barrameda ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
18 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
19 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
20 Vecino de Torre Alháquime ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
21 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
22 Vecino de El Bosque ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
23 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
24 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
25 Vecino de Campillo ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
26 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
27 Vecino de Fabrique (Málaga) ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
28 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
29 Vecino de Alcalá de Valle ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
30 Vecino de Alcalá del Valle ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra. Fue ejecutado a garrote vil.
BIBLIOGRAFÍA
Historial del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de la Merced de Jerez de la Frontera. Edición propia. 1939.
Viva España... Artículo. Editorial del Semanario Informativo CLARIDAD, Nº 205. Jerez. Lunes, 27 de julio de 1936
Burlando el Bloqueo Rojo. El Primer Salto del Estrecho (Julio del 36); de Alfonso Patrón de Sopranis. Ed. de su propiedad.
Historia de la Cruzada Española; de Joaquín Arrarás Iribarren. Ediciones Españolas, S.A. Madrid. 1940.
Anónimo que narra las vicisitudes de varios militantes obreros y campesinos asesinados en la campiña de Jerez.
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Datos para la Historia de la Falange Gaditana. 1934-1939; de José de Mora-Figueroa, Marqués de Tamarón. 1974.
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Las Mujeres Libres de Jerez; de María José Ruiz Piñero. Artículo. Periódico CNT, Nº 225. Granada. Agosto, 1997.
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La Justicia de Queipo. Violencia Selectiva y Terror Fascista en la II División en 1936; de Francisco Espinosa Maestre; Edición del autor. Córdoba, 2000.
Violencia Política y Luchas Sociales: La Segunda República en Jerez de la Frontera (1931-1936); de Diego Caro Cancela. Servicio de Publicaciones. Ayuntamiento de Jerez. 2001.
Jornaleros y Organizaciones Obreras. Villamartín 1900-1936; de Fernando Romero Romero. Servicio de Publicaciones. Diputación Provincial de Cádiz. 2001.
El Anarquismo en Chiclana. Diego R. Barbosa, Obrero y Escritor (1885-1936); de José Luis Gutiérrez Molina. Delegación de Cultura. Ayuntamiento de Chiclana. 2001.
Un Mundo en el Recuerdo; de Cristóbal Vega Álvarez. Artículo. Periódico quincenal CENIT , Nº 877. Toulouse. 1-Janvier-2002.
Arcadia Feliz; obra inédita rescatada y editada por el Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Jerez en su serie “Utopía y Revolución”. 2003. Autor, Manuel Moreno Barranco, asesinado por la policía franquista en 1963.
El Marrufo, Fosa Común; de J. Carlos Perales Pizarro. Artículo. Diario de Jerez. Lunes, 17 de mayo de 2004.
Guerra Civil: Mitos y Leyendas; de José Manuel Rodríguez Casanueva. Artículo. Diario Información Jerez. Miércoles, 08 de diciembre de 2004. Diario de Jerez. Lunes 03 de enero y martes 04 de enero de 2005.
El Crimen de la Estanquera; de Mará José Ruiz Piñero. Artículo. Diario Información Jerez. Lunes, 03 de enero de 2005.
Apuntes para la Historia de la Sublevación de Julio de 1936 en Cádiz; de Francisco Espinosa Maestre. Artículo incluido en el Dossier: Memoria de la Guerra Civil y Represión Franquista. Revista ALMAJAR. Museo Histórico Municipal de Villamartín. Servicio de Publicaciones. Diputación de Cádiz. Villamartín. Mayo, 2005.
Por JEREZ RECUERDA*
jerezrecuerda@yahoo.es
1.- INTRODUCCIÓN
Desde el verano de 2003 nos hemos ido reuniendo en Jerez un grupo de personas con la intención de crear en nuestra ciudad una asociación con el objetivo de emprender un conjunto de iniciativas y actuaciones de diversa índole tendentes a la investigación y conocimiento de la represión política practicada en nuestra ciudad como consecuencia del golpe de estado impuesto por las fuerzas de las armas de los sectores de los ejércitos que apoyaron al general Franco en Julio de 1936. Un golpe de estado que desde el principio se encargó de preparar y dirigir el general Emilio Mola Vidal bajo las órdenes del general José Sanjurjo.
Estas reuniones han tenido como resultado la constitución de una asociación, legalmente registrada, que con el nombre de “Jerez Recuerda”, y a pesar del poco tiempo transcurrido desde su creación, ha dado ya pasos importantes en relación con los objetivos arriba señalados. Así ha sido, sobre todo, en el terreno de la investigación y estudio de las diversas fuentes que pueden arrojar luz en el esclarecimiento de la verdad histórica sobre lo ocurrido en nuestra ciudad en aquellos trágicos meses que siguieron al golpe de estado y años posteriores.
Poco a poco, en la medida que las fuentes hasta ahora manejadas lo han permitido, vamos acercándonos al conocimiento de la dimensión real que alcanzó esta feroz represión en Jerez, una represión ampliamente intuida, pero hasta ahora absolutamente desconocida en sus detalles.
En los cimientos sobre los que se levantó la amplia y variada estructura represora del régimen dictatorial surgido en julio de 1936 en Jerez aún permanecían ocultos las caras y los nombres de todos aquellos jerezanos y jerezanas que sufrieron, no sólo la represión física -el asesinato arbitrario en su más arbitraria manifestación-, sino también una campaña de desprestigio de su dignidad y su imagen pública. En este sentido, nuestra asociación se marcó como objetivo fundamental dar a conocer la identidad de estos paisanos y paisanas, así como la de los ciudadanos y ciudadanas de diferentes procedencias que tuvieron el mismo triste destino en nuestra comarca, y emprender cuantas acciones sean necesarias para restituir el buen nombre de estas personas y lograr que en nuestra ciudad se lleve a cabo el reconocimiento público y oficial de estos seres humanos sepultados no sólo por la barbarie fascista sino por la historia oficial.
Muchas de estas personas creyeron en la legalidad republicana como medio viable para solucionar los innumerables problemas que padecía la sociedad; otras muchas, veían como única solución a estos mismos problemas, la transformación de la sociedad desde diferentes organizaciones específicas y obreras, confiando en sus propios medios y fuerza numérica; otras, fueron simplemente víctimas de unos verdugos ansiosos por saldar cuentas pendientes personales o empujados por su propia codicia o envidia. Todas ellas tuvieron en común el destino propio de los que se toparon con unos matarifes que poseían carta blanca para asesinar impunemente; una licencia macabra que el general Queipo de Llano se encargaría de certificar en un discurso pronunciado el 23 de julio de 1936 con palabras como “Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad...Por ello faculto a todos los ciudadanos a que, cuando se tropiecen a uno de esos sujetos, lo callen de un tiro. O me lo traigan a mí, que yo se lo pegaré”.
1.1.- Antecedentes de Jerez Recuerda
Lo que animó a “Jerez Recuerda” a comenzar su andadura, aparte de esa búsqueda de justicia histórica, era el hecho de que en otras zonas del estado español ya se venía trabajando desde hacía algún tiempo el mismo tema con resultados bastante positivos, desde el punto de vista no sólo mediático, sino también de investigación, pues con la ayuda de familiares de asesinados, desaparecidos y represaliados en general se empezaron a encontrar fosas comunes e historias personales que, si bien no eran novedosas- ya que con anterioridad se sabía de estos sucesos casi olvidados por la memoria colectiva- sí lo era el hecho de que la Administración diera en algunos casos la facilidad y medios para el descubrimiento de fosas y exhumación de cadáveres que habían sido asesinados.
Esta intensa búsqueda de desaparecidos víctimas de ejecuciones extrajudiciales protagonizada por numerosas asociaciones de todo el estado español, los medios de comunicación lo han dado a conocer como el Movimiento de Recuperación de la Memoria Histórica, impulsado por organizaciones como La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica o el Foro por la Memoria, entre otras, que han tenido un apoyo importante por parte de equipos de arqueólogos, antropólogos y abogados voluntarios, gracias a los cuales se ha llegado a descubrir interesantes hallazgos que han servido para aportar pruebas concluyentes sobre el carácter de la represión de los grupos que colaboraron activamente con los militares insurrectos del año 36 del siglo pasado. Por otro lado, sus actuaciones responden a llamamientos de familiares, y de ciertas instituciones implicadas con diferentes grados de compromiso, que han empujado a que las asociaciones comprometidas reclamaran al Estado el pago de los costes de las exhumaciones y las pruebas de ADN.
Aunque no se puede afirmar que existe un “movimiento” por la recuperación de la memoria histórica como tal, porque para ello se necesitaría de una cierta coordinación que en la actualidad no hay entre los diversos grupos que trabajan este campo temático, se puede decir, no obstante, que en algunos casos ha existido cierta cooperación entre estas asociaciones en aspectos puntuales a la hora de reivindicar soluciones concernientes a este tema, especialmente el relativo a la creación de redes de información, independientemente de la labor que se esté realizando en los lugares en donde cada colectivo esté asentado.
En el caso de Jerez, en particular, tenemos constancia de ciertos antecedentes de personas y grupos que han trabajado, aunque sea de forma somera, la recuperación de la memoria histórica en nuestra ciudad en base a casos concretos y particulares. Tal fue el caso de la “Plataforma por la Mujeres de la II República”, constituida a finales de 1994 y formada por individualidades que buscaban hacer justicia histórica con tres mujeres represaliadas de distintas formas por los fascistas y el régimen que representaban.. Estas mujeres fueron Juana Aguilar Pazos (a) “La Moricha”, de Trebujena; María Luisa Cobo Peña, militante de CNT-AIT en Jerez y Carmen Hombre Ponzoa, maestra de UGT, protestante y asesinada cuando se encontraba embarazada en avanzado estado de gestación..
Actualmente podemos afirmar que, debido al trabajo exhaustivo que está desarrollando Jerez Recuerda, este tema esta despertando el interés en otras organizaciones cuyo trabajo se centra más en lo político o en lo sindical. Desde el ámbito de colaboración con otros grupos, nos hemos planteado esa posibilidad siempre que esta relación no reste autonomía a la asociación, tanto en la acción, como en el estudio y la investigación. De este modo, nos hemos ofrecido a cooperar con toda entidad dispuesta a ayudarnos en nuestros objetivos de recuperar la memoria histórica si los principios que rigen esa colaboración se fundamenta en la transparencia y el interés único -basado en el apoyo mutuo- de rescatar la verdad del olvido.
1.2.- Fuentes de investigación para el estudio de la represión en Jerez
Las principales fuentes de investigación a las que ha recurrido nuestra asociación para el análisis de la represión en nuestra ciudad han sido las siguientes:
a) Fuentes orales.-
En cuanto a los testimonios orales que hemos recabado, hemos tenido la gran suerte de entrevistar a algunos ciudadanos que vivieron aquel período histórico, o que fueron testigos de ciertos episodios de la represión, o descendientes de familiares y amigos que vivieron o murieron bajo el yugo del miedo y la persecución franquistas. Estas personas nos han dejado constancia de sus valiosos testimonios. Citamos entre ellos: Manuel Viso Fadón, Julián Pérez Fernández, Antonio Chacón González, Filomena Cobo Peña, Esteban Caamaño, José de la Rosa, Manuel Alconchel, Antonio Valle Ramírez, Fernando González Romero, Carmen Arantave López-Cepero, Sebastián Ortega, José Benítez, Francisco García Ortega, José García Ortega, Miguel Becerra, Antonio Ureba Muñoz, la familia Oliva, Diego Ceballo, Rafael Narbona Barrios, Juan Caballero, etcétera.
b) Archivos
Los diferentes archivos a los que hemos acudido para desarrollar nuestro trabajo se resumen en las siguientes referencias:
Archivo Histórico Municipal de Jerez de la Frontera.
Hemeroteca Municipal (Archivo Antiguo) de Jerez de la Frontera.
Archivo Histórico del Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla.
Archivo Histórico Provincial de Cádiz.
Archivo Histórico Municipal de Cádiz.
Fundación Anselmo Lorenzo.
A pesar de la sistemática labor de expurgo y destrucción de archivos y de documentación de diversa índole practicada en nuestro país -especialmente en los años que van de 1965 a 1985-, una documentación que resultaba comprometedora para los responsables de aquella generalizada represión practicada contra una inerme población civil (ver obra de Francisco Espinosa “La Justicia de Queipo...”), el Archivo Municipal de nuestra ciudad aún conserva documentación de importancia para el estudio de la represión y que ha podido ser utilizada como base principal para este trabajo.
Se trata, desde luego, de una documentación fragmentaria y muy dispersa entre las distintas secciones en que se organiza el Archivo, lo que ha obligado a una labor investigadora en ocasiones casi detectivesca.
Entre esta documentación deben destacarse los libros de cementerio, libros registro de entrada y salida del Ayuntamiento, libros de quintas, Actas Capitulares y la sección de legajos.
Queremos mencionar, especialmente, el documento conocido como Censo de Huérfanos de la Revolución y la Guerra, de 1941. Esta última documentación del Archivo Municipal ha sido -después de la información extraída del Registro Civil de los Juzgados de nuestra ciudad- la que más nombres de personas asesinadas ha proporcionado a la investigación, con 69 personas identificadas, aunque bien es verdad que algunas de ellas ya estaban contrastadas por otras fuentes documentales o testimonios orales.
Se trata de un censo de huérfanos formado en todos los municipios españoles a raíz de la publicación del decreto de Ministerio de Gobernación de 23 de enero de 1941 que ordenaba la creación de la llamada Obra Nacional de Protección del Estado a los Huérfanos de la Revolución y la Guerra. El Gobierno Civil de Cádiz en circular nº 55, BOP 13-1-1941, por su parte, publicaba las instrucciones acerca de la formación de dicho censo.
Este censo recoge un apartado en el que las autoridades municipales debían concretar en cada caso el origen de la orfandad, y con este motivo hemos podido conocer los asesinatos cometidos en las personas de los padres de los huérfanos; unos asesinatos cuya realidad y contundencia pretendían edulcorar y maquillar sus autores mediante el empleo de la eufemística expresión “Al padre le fue aplicado el Bando de Guerra”, una expresión lingüística empleada para referirse en último término a la pura y simple eliminación física de estas personas, sin ningún tipo de control ni garantías de ninguna clase.
Desde luego, en esta labor de atención a los huérfanos, el Ayuntamiento de Jerez se había adelantado a lo ordenado en el mencionado decreto. La represión en Jerez -como demuestran las cifras seguramente no definitivas de este trabajo- fue tan atroz, y tantos los huérfanos y viudas que quedaron, que tan sólo tres meses después del triunfo del golpe de estado en la ciudad, en octubre de 1936, las autoridades municipales de la ciudad se vieron en la obligación de crear por su cuenta el denominado Asilo de Huérfanos de la Guerra, atendido por las Reverendas Madres Preservadas, en la calle Barja.
c) Lista de José Sánchez Barrios
Una fuente de especial importancia para la identificación de las víctimas de la represión derechista asesinadas en Jerez ha sido el documento que hemos denominado como Lista de José Sánchez Barrios.
Se trata de un cuaderno de tipo escolar que recoge 130 asientos de personas -incluida su profesión- que fueron anotadas por José Sánchez Barrios (persona que vivió los acontecimientos) a medida que iba conociéndose en la ciudad los nombres de las personas que eran asesinadas, y que su hijo ha puesto a disposición de nuestra Asociación.
Hemos concedido a esta fuente un índice de fiabilidad absoluto, toda vez que una gran mayoría de las víctimas que se recogen en la mencionada Lista han sido comprobadas documentalmente a través de otras fuentes documentales manejadas en nuestra investigación.
En aquellos casos no contrastados a través de otras fuentes se ha optado por incluirlas en la relación definitiva de asesinados que presentamos, toda vez que, como hemos dicho antes, la fiabilidad de la Lista se ha revelado altísima e irreprochable.
Una de las razones de que algunos de estos casos no hayan podido ser contrastados por otras fuentes reside en el hecho de que en la Lista aparecen anotadas sólo con el apodo, su profesión o bien con indicación de su relación familiar con otras personas.
Así, a modo de ejemplo, encontramos el caso de asientos expresados como: “Yerno de Carretero”, “Esposa de Azumendi” o “El latero de la Calle Franco”.
c) Juzgados.-
La fuente más prolífica en contenido de datos, a la que hemos consultado para lograr la cuantificación y el esclarecimiento de la identidad de las personas asesinadas tras el golpe militar de julio de 1936 en Jerez de la Frontera y en su comarca, se encuentra recogida en los asientos de los libros de defunciones del Registro Civil de nuestra ciudad. Consiste en una serie de libros de defunciones que corresponden a los dos distritos judiciales que existían en la ciudad, el de Santiago y el de San Miguel, siendo un verdadero yacimiento de información que nos ha proporcionado un primer acercamiento a lo que creemos que puede ser el total del grueso de las víctimas de aquel período histórico.
Este primer acercamiento nos ha servido para hacernos una idea aproximada del alcance de la represión en Jerez, ya que los datos definitivos de aquella masacre humana aún no están cuantificados en su totalidad, especialmente los casos referidos a los primeros meses del alzamiento militar, puesto que muchos decesos no se inscribieron debido a diversas circunstancias. Entre las más importantes se encuentra, en primer lugar, la situación de descontrol de violencia que se ejercía al amparo de la nueva situación impuesta. En segundo lugar, porque muchos familiares y amigos de las víctimas no tenían la certeza de sus muertes, ya que desaparecieron tras ser sacadas de sus casas, o de los hospitales, bien para ser interrogadas por los agentes golpistas -con el pretexto de que “en diez minutos estarían de vuelta en su casa”-, o bien, para ser “trasladadas” a centros penitenciarios de otras poblaciones. En tercer lugar, porque las nuevas autoridades proponían a las viudas que inscribiesen a sus maridos como fallecidos por causas naturales, o por enfermedad, a cambio de obtener una mínima ayuda económica.
Cabe destacar, en el caso concreto de las defunciones no inscritas, un ejemplo que sobresale en nuestra investigación, por lo insólito del hecho, y que de alguna manera describe la singularidad de este fenómeno. Nos referimos a la relación de víctimas femeninas, que tenemos localizadas y confirmadas por otras fuentes, y de las que sólo hemos hallado un sólo asiento en el Registro Civil.
Otra cuestión importante que hemos querido resaltar ha sido la forma en que están realizadas las inscripciones de las 192 víctimas encontradas en los libros de defunciones.
En el estudio de los asientos realizados durante los primeros meses de la represión, hemos observado que la mayoría de los casos, se registran de manera concisa el apartado de datos personales y, apareciendo tachadas -pero de forma legibles- las inscripciones relativas al lugar de defunción, circunstancias, causas y lugar de enterramiento. Además, algunos de ellos aparecen con una nota explicativa adjunta al margen del documento, fechada y firmada en meses posteriores a la inscripción, y en donde se consigna literalmente los datos que han sido tachados anteriormente. Tanto en un caso como en otro, aparecen expresiones como “falleció en Jerez el....de 1936”, o “falleció en esta Población el día.....de 1936”, u otras de similares características exentas de más datos aclaratorios sobre las circunstancias del deceso, salvo el atenuante de que éste sucede en los momentos álgidos de la represión -entre finales de julio y diciembre de 1936-, además de practicarse la inscripción en virtud “de Auto dictado” o “de Carta Orden” firmado por el Juez o Juzgado correspondientes, y en algunos casos, “a tenor del Decreto 67, del 8 de Noviembre 1936” (decreto por el que se trató de ordenar y regular la situación de las víctimas).
Hemos resuelto, por tanto, incluir todos estos casos en nuestra lista porque se ha comprobado, por otra parte, que estas personas -inscritas bajo estas asépticas expresiones- han sido asesinadas tras haber sido contrastada y confirmada su eliminación física por otras fuentes documentales.
Más adelante, en las inscripciones realizadas en años posteriores, las fórmulas utilizadas en los asientos serán generalmente un poco más definidas y esclarecedoras. De este modo, y dependiendo de la autoridad judicial que haga la inscripción, ésta se realizará de maneras distintas. En el caso de las autoridades judiciales civiles, por ejemplo, irá acompañada con expresiones como “falleció en esta población el ...de 1936 a consecuencia del Movimiento Nacional” o “falleció en esta ciudad el... de 1936, a causa de disparo de arma de fuego como consecuencia de la Guerra Civil”. En cambio, en los asientos realizados en virtud “de carta orden” de las autoridades judiciales militares -casos de Consejo de Guerra-, aparecerán expresiones como, “fallece en los alrededores de la Plaza de Toros el ...de 1937”, o “fallece en la explanada derecha de la Plaza de Toros el...de 1938”, acompañadas de tachaduras en parte de los datos del documento, con sus correspondientes anotaciones al margen fechadas con posterioridad.
Para finalizar este breve análisis, queremos detenernos en las consideraciones de los diferentes aspectos observados en los asientos hallados en el Registro Civil entre los años setenta y nueve y ochenta y uno -de los que debemos señalar que la información recogida es la más reveladora, en cuanto a los datos generales de las víctimas, y a las diferentes circunstancias relativas a las muertes, como por ejemplo los lugares y las causas del fallecimiento-, cuando las disposiciones legales establecidas por las autoridades permiten a los familiares las nuevas inscripciones fuera de plazo, con el fin de poder acceder a las indemnizaciones correspondientes fijadas en aquellas fechas.
De estos asientos hemos extraído dos reseñas que nos indican con toda claridad estos importantes aspectos de nuestra investigación, recogidas en fórmulas lingüísticas como “fallece el ... de 1936 en los Alcázares de Jerez en La Alameda Vieja por heridas de arma de fuego a causa de la Guerra Civil”, o “falleció entre las 2 y las 6 del... de 1936 en la Puerta de Rota a causa de disparo de arma de fuego como consecuencia de la Guerra Civil”.
1.3.- Áreas y campos de investigación
Con toda la información recabada por el grupo estamos haciendo un análisis político-social de la situación general del país y, concretamente, de nuestra ciudad, a partir del alzamiento militar, que nos ha servido de ayuda para establecer las áreas de nuestro trabajo de investigación y cuantificar, así, la situación de represión que sufrió la población durante aquellas fatídicas fechas. De este modo, estas áreas se pueden desglosar en diferentes apartados que constituyen los distintos grupos de víctimas, los lugares de asesinatos, las posibles fosas comunes, los campos de concentración y resistencia armada.
a) Distintos grupos de víctimas
Desaparecidos y asesinados.
Presos políticos.
Prisioneros en campos de concentración.
Depurados.
Familiares (viudas y huérfanos).
b) Lugares de asesinatos
Plaza de Toros, La Rosaleda, carretera de Trebujena, el “Rancho del Pescadero” en la Trocha del Puerto, carretera de Medina Sidonia (en la Laguna de Medina), en la Sierra San Cristóbal, en la Cárcel de Jerez, en el Alcázar, en Puerta de Rota, en el picadero de Domecq y en la explanada de la Plaza de Toros, entre otros lugares conocidos.
c) Fosas Comunes
Tenemos declaraciones registradas que aseveran que en el antiguo Cementerio Municipal de Santo Domingo se hallaban dos fosas comunes, en donde según muchos testigos, llegaban diariamente camiones repletos de cadáveres que eran echados como “sacos de papas”, unos encima de otros, pero éste es un episodio casi cerrado, pues actualmente ya son inexistentes debido al poco terreno dejado por las construcciones realizadas posteriormente en aquel lugar en los años ochenta y en donde sabemos que fueron encontrados restos humanos que desconocemos cuál fue su destino final.
Por el momento sólo tenemos conocimiento de que existen otras dos fosas comunes en el cortijo El Marrufo, situado en el término municipal de Jerez de la Frontera y próximo a La Sauceda. La fuente que nos ha facilitado la información es un artículo publicado en el Diario de Jerez, el 17 de mayo de 2004, firmado por J. Carlos Perales Pizarro que investiga la represión que se dio en Alcalá de los Gazules y que, por cercanía de esta población a la de Cortes de la Frontera, ha accedido a cierta información detallada sobre unos sucesos ocurridos en la Aldea de La Sauceda, concretamente en un lugar cercano llamado Cortijo El Marrufo.
Según este investigador, después de la toma y destrucción de La Sauceda, la población civil de esta aldea, hombres mujeres y niños, fue trasladada hasta dicho cortijo. A las mujeres y niños se les encerró en la capilla, sita en el referido lugar, desde donde fueron sacados para ser fusilados muchos de ellos, cometiéndose actos de violaciones hacia las mujeres antes de su ejecución. La referencia que nos deja el autor sobre las fosas comunes de El Marrufo es que la fosa de las mujeres y niños se encuentra en una pequeña pendiente que hay tras unas naves cercanas a la capilla, y que la de los hombres se hallan en el cuartel situado próximo a la venta de Galis.
d) Campos de concentración
En cuanto al apartado de los Campos de Concentración poseemos diversas fuentes orales y escritas donde se menciona la existencia de estos campos de concentraciones de prisioneros civiles y de prisioneros militares : Cortijo de Vico, Plaza de Toros, El monasterio de La Cartuja.
e) Resistencia armada
La llamada resistencia armada fue bastante escasa, según la información obtenida por las diferentes fuentes y el análisis que hacemos de ellas, a no ser que en un futuro aparezcan nuevas pruebas concluyentes que revoquen esta idea que mantenemos y que se acerca a la de la situación de otras muchas poblaciones que se situaron en la retaguardia de la zona nacionalista. Para que el lector tome conciencia de nuestros planteamientos relativos a este apartado le invitamos a que preste especial atención al capítulo siguiente de este trabajo.
2.- REPRESIÓN EN JEREZ
2.1.- El error de la idea de “guerra” en el caso de Jerez
Aunque el período que estudiamos se conoce tradicionalmente como Guerra Civil, se puede afirmar categóricamente que en el caso que nos ocupa, Jerez de la Frontera, aunque se podría trasladar a parte de Andalucía Occidental, no hubo lo que se conoce estrictamente como guerra. Esta idea nos la corrobora el diccionario de la Real Academia de la Lengua que nos ofrece el significado de la palabra “Guerra” como un enfrentamiento continuado entre dos o más ejércitos de distintos países o del mismo país, y el de la expresión “Guerra Civil” como un enfrentamiento armado en el que luchan entre sí personas y ejércitos de un mismo país.
Podemos constatar que lo que ocurrió en la zona no fue otra cosa que una ocupación militar auspiciada por el golpe de estado que parte del ejército secundó en julio de 1936 aún haciendo uso de las armas. Esto último no implica en absoluto que el pueblo, inmediata y posteriormente represaliado, tuviera la oportunidad de defenderse de esta represión con las armas, entre otras cosas porque las autoridades republicanas se habían negado a entregarlas al pueblo, las cuales habrían sido imprescindibles para su defensa y abortar desde el principio el golpe de estado y frenar el avance fascista. Ese fue el caso, entre otros, de Jerez de la Frontera en donde su alcalde, Antonio Oliver Villanueva, negó a los trabajadores la oportunidad de defenderse y prefirió equivocadamente (“no quiero hacer correr sangre”, diría a los sublevados más adelante) entregar la ciudad a los golpistas quienes sí ejercieron una brutal actividad represiva sobre la población, dando carta blanca para los asesinatos que se cometieron a partir del 19 de julio.
Para justificar sus atropellos sobre la ciudadanía, utilizaron una red de propaganda con un lenguaje belicista llamando “enemigos” a sus objetivos civiles y declarando el “estado de guerra” mediante sus “Bandos de Guerra” para eliminar físicamente a cualquier ser humano que se enmarcara dentro de los epítetos “enemigo” y “rojo”, los cuales se habían convertido en la misma cosa.
En Jerez no hubo ninguna guerra civil, por el simple hecho de que no hubo oportunidad para ello. Quizás la Guerra (con mayúsculas) la estuviera manteniendo el gobierno republicano -junto a militantes del Frente Popular y a las fuerzas revolucionarias del movimiento obrero- con los militares golpistas en las zonas denominadas con la terminología belicista como“frente”, y cada uno de los dos bandos se posicionaron tras sus respectivas trincheras al ser imposible, por un lado, el avance del ejército insurrecto y, por otro, la extensión de la resistencia armada que tuvo lugar en aquellos lugares en donde el pueblo pudo armarse. En Jerez, como zona ocupada, lo que existió fue la puesta en práctica de las directrices del general Mola con respecto a la extensión del terror en la población, fundamentadas en unos procedimientos coercitivos de control que resultaron muy efectivos debido al ensañamiento con que se hacían y a la confusión y pánico que crearon, incitando activamente a los actores que provocaron aquella situación.
En todo caso, y si aceptamos la idea de la guerra en Jerez, tendríamos que remontarnos anteriormente al golpe de estado del 36, cuando es verdad que sí se ha mantenido una guerra de otra índole entre los privilegiados y los sometidos, entre los terrateniente y la clase obrera. Esa guerra a la que nos referimos no es otra que la guerra de clases o guerra social; una guerra que no ha terminado y que se mantiene a través de los tiempos a causa de las desigualdades sociales que históricamente mantienen los poseedores de las riquezas del planeta y el monopolio de éstas por los agentes controladores del poder económico.
2.2.- 19 de julio: comienza el terror en Jerez
Gran parte de las fuentes escritas a las que hemos acudido para basarnos históricamente en los antecedentes inmediatos a la instauración del terror en nuestra ciudad, a causa de la ocupación político-militar de la extrema derecha en Jerez, son muy delicadas desde el punto de vista interpretativo si la quisiéramos tomar como única referencia excluyente para realizar dicho estudio bajo un punto de vista objetivo y riguroso. Por otro lado, la tendencia natural por parte de historiadores e investigadores de nuestra historia local, es la de transcribirla o interpretarla a partir de documentos, informes orales o escritos, libros, diarios, revistas, publicaciones de diferentes matices ideológicos, etcétera; todos ellos emitidos por los medios que controlaban los agentes de un determinado hecho histórico. Eso ha de ser así, siempre y cuando todas estas fuentes puedan ser contrastadas con otras de diferentes procedencias para desarrollar el análisis oportuno que se requiere para dar un poco de luz al campo de estudio que nos ocupa en este trabajo.
En este caso concreto, el de los inicios del golpe de estado en la ciudad de Jerez de la Frontera en julio de 1936 y el de la inmediata ocupación posterior de los centros estratégicos de la ciudad, con todas las consecuencias que esta circunstancia acarreó, no es más que una muestra de la dificultad con la que nos hemos topado como grupo autónomo de investigación histórica de reciente creación, pues todas las referencias históricas oficiales que han sido publicadas durante la dictadura las hemos llegado a considerar sólo como parte de la propaganda del sistema que se llegó a instaurar a partir de aquella fecha, es decir, anotaciones pseudo-históricas recopiladas o auspiciadas por los elementos sediciosos que impusieron aquella situación de violencia propia del aparato totalitario que defendían, y desde donde emanó una represión de unas dimensiones que durante décadas ha impedido detallar el alcance de la brutal actuación de los golpistas del 36 en la ciudad de Jerez y su comarca. Tanto fue el miedo que ha impregnado la conciencia colectiva jerezana que todavía hoy, después de casi setenta años desde los inicios del conflicto, hemos hallado dificultades para iniciar contactos con algunos familiares de represaliados por el fascismo local, cosa completamente lógica cuando entendemos que el elemento más importante que estudiamos es el humano y, como tal, no podemos esperar que algunos protagonistas, o familiares de estos, se abstraigan del dolor que supuso, no sólo sufrir humillaciones, sino incluso ver cómo les han arrancado de su seno a parientes, amigos, compañeros y compañeras, y cómo han sido asesinados incluso ante sus propios ojos: una situación traumática que podemos entender y en donde no cabe otra cosa que compartir de alguna manera su dolor.
Pero ello no significa que no existan otras fuentes orales y escritas que narren con cierta precisión los primeros momentos del putsch militar y la de sus colaboradores activos de Falange Española, Requeté Tradicionalista, Acción Popular y demás organizaciones políticas “de orden” (en referencia a los partidos y grupos conservadores de la sociedad) por un lado, y de las fuerzas de la Guardia Civil, Seguridad, Asalto y Carabineros por otro lado. Simplemente afirmamos que escasean, especialmente las escritas, sin querer decir con ello que ignoramos otras fuentes, aunque éstas se nos haya administrado como con cuentagotas y en porciones que nos encargamos de unir progresivamente como un rompecabezas hasta conseguir darle forma. Lo que quizá hemos echado de menos, aunque hemos sido conscientes en todo momento debido a la naturaleza de la documentación obtenida, ha sido la falta de rigor científico en las publicaciones de la época que sólo se explica por la forma que fueron elaboradas, esto es, al amparo de las autoridades embriagadas del poder absoluto que alcanzaron.
Es un hecho, por tanto, que el aparato propagandístico de los golpistas se basó muchas veces en la mentira; otras, en las medias verdades; las más, en las exageraciones y, todas, bajo el control de la censura impuesta desde los resortes del poder y de la autoimpuesta ideológicamente por los autores mismos: censura o autocensura que invitaban ciertamente a las omisiones de hechos y realidades. Todo se hizo, desde nuestro punto de vista, para darle un carácter de epopeya a lo que jurídicamente se conoce como la comisión de un delito de asesinato masivo o la de un crimen contra la humanidad, por no decir genocidio, calificativos todos ellos amoldables a la situación histórica que se dio en nuestra comarca.
Así, los primeros momentos del golpe de estado en Jerez podemos hallarlos en el semanario informativo Claridad, número 205, fechado el día lunes 27 de julio de 1936, y órgano de la Confederación Española de Derechas Españolas (C.E.D.A.), o en libros como Burlando el Bloqueo Rojo. El Primer Salto del Estrecho, de Alfonso Patrón de Sopranis; Datos para la Historia de la Falange Gaditana, de José de Mora-Figueroa, Marqués de Tamarón; Historial del Tercio de Requetés de Nuestra Señora de la Merced de Jerez de la Frontera; Historia de la Cruzada Española, de Joaquín Arrarás Iribarren. Aunque toda esta bibliografía sea la que hemos denominado como adepta al régimen, nos ha servido para conocer los primeros movimientos de las fuerzas rebeldes en nuestra ciudad, aunque a veces hayamos tenido la sensación de que era imposible disociar la realidad de la propaganda. Por este motivo, preferimos no dar como un hecho absoluto todos los pasajes que nos hemos encontrado, ya que de lo contrario contribuiríamos a sembrar la mentira histórica o, por lo menos, las exageraciones propias del momento y de la ideología que empujó a redactar dicha información.
Según esta bibliografía, la noche del 17 de julio de 1936 el Comandante Militar de Jerez, Salvador Arizón, recibió una comunicación telefónica desde Sevilla del General Villa Abrille, preguntándole si ocurría “alguna novedad”. Esto hizo que Arizón empezara a tomar precauciones que servirían para iniciar posteriormente el levantamiento en Jerez, especialmente cuando en la mañana del 18 de julio se conoce por la radio las noticias confusas del golpe de los militares en la colonia africana el día anterior y, concretamente, cuando el general López Pinto le informa de lo que sucede en Cádiz y le pide que declare el estado de guerra. El detonante del golpe en Jerez fue cuando, por la tarde de ese mismo día 18, Arizón fue informado por Juan Abreu, Capitán de Caballería, que la guarnición de Sevilla estaba sublevada y que en las calles de la capital andaluza se había entablado la lucha. Bajo estas circunstancias, Arizón reunió a los oficiales -entre ellos, los capitanes Enrique Guillén, José Hernández Franch, Pedro Ardila, José Gil Ramírez y Juan Arizón Mejías-, quienes se mostraron conforme con el levantamiento militar; luego ordenó el acuartelamiento de las fuerzas que en esos momentos disponía, consistentes en unos sesenta y cinco soldados, y dio también las órdenes pertinentes al resto de los soldados establecidos en los cortijos de Vico y Garrapilos para que estuvieran preparados, sumando estos últimos un total de cuarenta.
Mientras tanto, desde las seis de la tarde del sábado 18 de julio se percibieron movimientos en la población que se plasmaban en continuas idas y venidas entre la Casa Colectiva y el Ayuntamiento. Desde los balcones de la Casa Colectiva se hacían llamadas a la resistencia obrera previniendo al pueblo ante las noticias del levantamiento militar en África, como fue el caso del Presidente del Sindicato de Albañiles de la C.N.T., José Arantave Ortegón, quien se dirigió públicamente a los obreros en calidad de miembro electo del Comité de Resistencia. De esta manera, y una vez que los sindicatos decidieron crear comisiones de huelga y de resistencia, distintas comisiones de obreros recorrían todos los locales públicos cerrándolos en su mayoría, siguiendo la consigna de proclamar la huelga general, al mismo tiempo que llegaban en masa al Ayuntamiento pidiendo armas desesperadamente, pero la respuesta del alcalde fue la de negarles las que había en el Ayuntamiento y dirigirse al pueblo desde la emisora de radio local transmitiéndole la noticia de que el Gobierno controlaba la situación. Paralelamente a estos actos, se practicaban algunas detenciones de elementos de Falange, mientras que en distintos sitios de la población sonaron algunos disparos.
A las seis y media de la tarde, el capitán Arizón (hermano del comandante) y el capitán Castillo ocupan Radio Jerez, después de que el Comandante Arizón obtuviera el compromiso de la Guardia Civil de no oponerse a los movimientos sediciosos del ejército. De esta manera en la madrugada del 18 al 19 de julio el Comandante Salvador Arizón y Mejías se hizo cargo de la plaza y proclamó el Estado de Guerra por la radio, emitiendo por este medio el bando de declaración del estado de guerra, realizando una alocución inflamada de amenazas belicistas, quien:
“Hace saber al pueblo de Jerez que declarado el estado de guerra en toda España, toma el mando total de la Plaza, hasta la próxima llegada de las fuerzas del Tercio y Regulares, que al mando del Excmo. Sr. General Don José Varela Iglesias, se encuentran en marcha hacia esta Plaza.
Asimismo hace saber a todos los elementos de orden la obligación moral y material que tienen de ayudar a las fuerzas del Ejército, presentándose a ser posible con armamento en el Cuartel de Fernando Primo de Rivera.
Todo el que contravenga las órdenes de mi autoridad, será severísamente juzgado y al acto pasado por las armas.”
De la Alcaldía se hizo cargo el capitán Antonio Mínguez Ibáñez, oficial veterinario, quien es nombrado alcalde por el comandante Arizón, una vez que éste obliga Antonio Oliver Villanueva -alcalde electo de Izquierda Republicana- a entregar dicho cargo a través de una conversación intimidatoria por teléfono no exenta de algún farol.
En el momento que fue ocupada la radio y publicado el Bando, los falangistas encarcelados fueron liberados acudiendo al cuartel de Villaviciosa para unirse a los demás voluntarios de las diferentes facciones que se estaban concentrando allí atendiendo la llamada del Comandante Arizón, y en donde “reinaba el buen humor, característico de esa ciudad, donde el nivel de la vida y el aire de la raza, por una admirable mezcla anglo-andaluza, producida por el negocio de vinos, tiene una distinción inconfundible. Se brindaba con el vino de la tierra y se hacía frente al momento difícil con una serenidad sonriente y deportiva. Entraban y salían falangistas, requetés, comerciantes, labradores, aristócratas. Salían a relucir las buenas escopetas de caza y los rifles de montería. A cada hora aumentaba el improvisado ejército. Allí, entre otros, acudió de una finca de campo cercana, el poeta José María Pemán, que en seguida inició por el micrófono jerezano su serie de proclamas y arengas guerreras...”(Arrarás).
Ante el golpe efectuado por las escasas fuerzas militares, la única constancia que nos deja algunas de estas publicaciones es que hubo algún enfrentamiento en el centro urbano entre “falangistas y rojos” y “paqueos”* en los barrios extremos, en donde se dice que hubo servicios de “limpieza” también por parte de los requetés, pero que en general en Jerez no se había luchado y la resistencia fracasó debido a la rapidez de los golpes sobre la Radio, Ayuntamiento y Correos y Telégrafo que paralizó toda reacción contraria y, por otro lado, a la falta de algo tan importante como las armas necesarias para contrarrestar a las fuerzas fascistas que sí las poseían desde hacía tiempo: “El día 19 sólo hay ya tiroteos en algunos centros de concentración proletaria. Se clausura la Casa del Pueblo y se practican detenciones de elementos ‘marxistas’. Jerez queda dominado y puede ya permitirse el lujo de acudir en camiones a dominar y ‘pacificar’ los vecinos pueblos de Sanlúcar de Barrameda y Trebujena...” (Arrarás).
Tras estos primeros momentos de euforia golpista, sólo quedaba esperar más refuerzos para continuar con la misión encomendada: en la mañana del 20 de julio llegan a Jerez, las primeras tropas de África, los regulares de Ceuta, que habían venido desde Cádiz y Puerto de Santa María guiados por el Jefe Provincial de Falange José de Mora y Figueroa, y el 25 de julio son los legionarios de Ceuta quienes hacen acto de presencia en nuestra ciudad, convirtiéndose ésta en punto estratégico desde donde se centralizaba todas las acciones de “limpieza” que se harían también en las localidades arriba mencionadas y en parte de la geografía de la serranía gaditana. Además, Jerez se convertía en zona de paso de tropas para enlazar con Sevilla, confluyendo de esta manera todos los elementos represivos necesarios para provocar un miedo atroz en la población: la época del terror había comenzado.
Pero, para justificar los crímenes del bando nacionalista, los jerifes militares involucrados en el acto sedicioso de julio de 1936 tuvieron que maquillarlo con una mascarilla de aparente legalidad que respaldara las posteriores acciones de carácter represivo. Un ejemplo de esta aseveración son las pruebas gráficas que aportamos (APÉNDICE I y APÉNDICE II) relacionadas con los bandos que emitía el comandante Salvador Arizón y Mejías, Marqués de Casa Arizón, cuyos contenidos eran bastante esclarecedores. Así, en el primer bando de “guerra”, con fecha 19 de julio de 1936, aparte de informar de la instauración del “estado de guerra” y de la posesión a cargo de él del mando de la “plaza”, había dispuesto una serie de artículos -hasta catorce- que indicaban en qué nueva situación se encontraba las “plazas” que él orgullosamente comandaba.
En el artículo primero, por ejemplo, se podía leer literalmente lo siguiente: “Se prohíbe el derecho de huelga, y los directivos de Sindicatos y personas que inciten a la misma, serán juzgados sumarísimamente. Asimismo todos los obreros deberán presentarse al trabajo en las horas que les correspondan, teniendo en cuenta que el que no lo haga, será juzgado sumarísimamente”; en el artículo noveno, se decía explícitamente: “Queda terminantemente prohibido estacionarse en las calles y plazas públicas, siendo apercibidos por la fuerza pública para que circulen, si a la tercera vez que den la orden, no son obedecidos darán una pitada larga o toque de corneta o clarín y si a esta señal no queda despejada la vía pública, se hará uso de las armas”; el artículo décimo, y siguiendo con las disposiciones nada tranquilizadoras de este militar, se decretaba lo siguiente: “Queda terminantemente prohibido el circular por las calles grupos de más de tres personas”; para finalizar con toda esta serie de temibles amenazas, en el artículo décimo cuarto se decía tajantemente: “Espero de todo el elemento de orden de Jerez, sin distinción de clases, la cooperación para el mantenimiento del orden, advirtiendo, que en caso de alterarse éste, no empleen la táctica aconsejada por los directores del movimiento, de llevar al frente las mujeres y niños: pues se hará fuego sin reparar el que viene en primera línea”. (APÉNDICE I)
El 14 de agosto de 1936, el mencionado aristócrata emitió un segundo bando, a modo de escarmiento, donde no tuvo pudor alguno en afirmar que había hecho pasar por las armas a dos obreros cuyos “delitos” asombran hoy en día a cualquier persona con un mínimo de sentido común. Un ejemplo que avala la tesis de la extensión del terror organizado y que despeja toda duda acerca de la estrecha relación del binomio amenaza-hechos.
“Salvador Rasero López. Practicante del hospital de Santa Isabel, que se permitió en dicho benéfico Establecimiento... hacer manifestaciones contrarias al movimiento salvador de España, y de elogios y alabanzas para esas teorías exóticas y salvajes, contra las que luchamos los buenos españoles, a cuyas manifestaciones acompañó con gestos que están absoluta y terminantemente prohibidos...
Ayer, Rafael Fernández Romero, empleado de la pavimentación de una de las calles de esta bendita ciudad, y a pesar de estar prohibida la huelga, se permitió, arengando a otros trabajadores que con él estaban, declarar una huelga ridícula de siete personas.
Ambos, en cumplimento de lo dispuesto, han sido pasados por las armas...”. (APÉNDICE II).
Años después, el día 7 de marzo de 1961, el Marqués de Casa Arizón justificaba públicamente el genocidio que inició en Jerez de la Frontera en su conocido “Discurso” pronunciado en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento, con motivo de la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad impuesta por el alcalde Tomás García-Figueras:
“En aquellos días era indispensable proceder de tal forma... Si, los por entonces miles de afiliados a extrema izquierda, mezclados con la chusma, ya tristemente conocidas por los jerezanos, se hacen dueños absolutos de la población, aunque sólo fuese por unas horas. ¡A las bodegas!, serían sus primeras exclamaciones de alegrías, y ya hartos de vino, saldrían a la calle para poner en práctica las ideas que las propagandas anarquistas habían inculcado en sus mentes, para hacer germinar en ellas el odio a todo lo existente, traducido en muertes y destrucciones...
Las turbas jerezanas, en cuyas cabezas por los efectos del alcohol se habrían inflamado tantas propagandas subversivas, cometerían al salir de las bodegas, espantosas destrucciones y horrendos crímenes, recreándose ante las llamas de los incendios y ante el sufrimiento de sus víctimas con más saña que lo han hecho en otras poblaciones, debido a la inconsciencia de febriles borracheras...”.
Tras recordar las palabras de Arizón consideramos que sobran los comentarios al respecto. Sí resaltamos, en cambio, el carácter de su personalidad pues, si por un lado no demostró ningún tipo de humanidad al ordenar numerosas sentencias de muerte, por otro lado, con este discurso demostró sus aptitudes de gran fabulador.
2.3.- La cifra de la represión
Aunque tenemos información de que la cifra de muertos en Jerez de la Frontera, a causa de la represión llevada a cabo en esta ciudad por las fuerzas reaccionarias, oscila entre las 800 y 1200 víctimas (ver datos que la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica ofrece a través de los medios comunicación locales, concretamente el diario Jerez Información de fecha 10 de marzo de 2003), la lista de víctimas mortales que disponemos de Jerez y su comarca en la actualidad su número se acerca a la de cuatrocientas personas, siendo sólo una cifra aproximada, debido a que nos encontramos en plena investigación. Por este motivo dicha lista aún no está cerrada, ya que aún no hemos agotado todos nuestros recursos y, aunque esto no sea más que una referencia de una muestra más amplia de lo que realmente pudo haber sido, como consecuencia del terror instaurado, los nombres y apellidos que hemos recopilado en nuestra lista provisional están totalmente contrastados y confirmados por diferentes archivos, documentos y fuentes (escritas y orales) que hemos tenido la ocasión de estudiar cuidadosamente. Podemos ofrecer algunos datos que contienen un alto interés humano, y que ayudarán a comprender la dimensión del horror vivido en nuestra ciudad y en su comarca.
2.3.1.- Relación de Victimas de la represión derechista en Jerez de la Frontera
- Las víctimas que aparecen señaladas con el símbolo (*) fueron ejecutadas en Jerez de la Frontera en aplicación de pena de muerte dictada por Consejo de Guerra. Desconocemos la vecindad de este grupo de personas excepto la de Pedro Borrego García (Grazalema), aunque estamos convencido de que se trata de vecinos de otros pueblos de la Serranía gaditana.
- Las víctimas marcadas con el símbolo (**) se refieren a apellidos sueltos sin nombres, nombres sueltos y apodos que forman parte de los 130 casos de asesinados y asesinadas, recogidos en la lista aportada por Don José Sánchez Barrios.
001.- F. ABADÍA
002.- ARMANDO ABOLLADO ASCO
003.- FRANCISCO ABOLLADO ASCO
004.- ANTONIO ACOSTA CAMPO
005.- JOSÉ ACOSTA DURÁN
006.- FRANCISCO ACOSTA GAITERO
007.- JOSÉ AGUILAR HEREDIA
008.- ANTONIO AGUILAR RUIZ
009.- ANTONIO AGUILERA BENÍTEZ (A) RÁBANA1
010.- MANUEL AHUMADA MONGE
011.- JOSÉ ALCÓN
012.- LUIS ALIAÑO
013.- ANDRES ALIAÑO CASTRO
014.- ALFONSO ALMAGRO MOLINA
015.- ANTONIO ALVARADO MÁRQUEZ
016.- JOSÉ ÁLVAREZ MORENO
017.- FRANCISCO ÁLVAREZ PRIETO
018.- RAFAEL APOLO PÉREZ.
019.- JOSÉ ARANTAVE LÓPEZ-CEPERO
020.- JOSE ARANTAVE ORTEGÓN
021.- JOSÉ ARJONA OCAÑA.
022.- JUAN ARZOZ ARROSTIO
023.- JOSE ATIENZA CORRALES *
024.- TEÓFILO AZABAL MOLINA
025.- MANUEL BAENA LETRÁN
026.- PEDRO BÁEZ CARDOSO
027.- JOSÉ BALLESTEROS BEA
028.- JOSÉ MARÍA BAREA GUERRERO
029.- ANTONIO BAREA REGUERA
030.- JUAN BARROSO
031.- MANUEL BARROSO RAMÍREZ
032.- ESTEBAN BASTIDA DURÁN 2
033.- ANDRÉS BAZÁN JIMÉNEZ *
034.- JUAN BERMEJO SIERRA
035.- JOSÉ BERNAL RAMOS
036.- FRANCISCO BERNAL VARGAS
037.- MANUEL BERRAQUERO BENÍTEZ
038.- JOSÉ BOCANEGRA BARÉS
039.- JOSÉ BOCANEGRA CABRERA
040.- ANDRÉS BONILLA BENÍTEZ
041.- PEDRO BORREGO GARCÍA *
042.- JUAN MANUEL BOZANES DEL RÍO
043.- FLORENCIO BUSTILLO MOYANO
044.- JOSÉ CABALLERO CABALLERO
045.- MIGUEL CABEZAS
046.- JUAN CABRAL GARCÍA.
047.- JUAN CABRERA ORTEGA3
048.- MANUEL CALLE CAMAS.
049.- FRANCISCO CALVENTE MORENO4
050.- JOSÉ CAMACHO GIL (a) CAMACHITO5
051.- JOAQUÍN CAMACHO PEÑA 6
052.- EDUARDO CAMACHO RUIZ 7
053.- FERNANDO CANTO GARCÍA
054.- JUAN CARCAÑO
055.- FRANCISCO CÁRDENAS TORRALBA
056.- MANUEL CARPIO CARPIO
057.- JOSÉ CARRASCO PAVÍA
058.- MANUEL CARRETERO
059.- FRANCISCO CARRIBERO PIZONES
060.- JOSÉ CARRIÓN SÁNCHEZ
061.- JOSÉ CASTELLANO GONZÁLEZ
062.- VICENTE CASTILLA FLORES
063.- JOSÉ CASTRO DUARTE
064.- JOSÉ CAZALLA RUIZ
065.- FERNANDO CERVERA FERNÁNDEZ
066.- GUILLERMO CHACÓN
067.- ANTONIO CHACÓN FERRAL
068.- LUIS CHACÓN GONZÁLEZ (a) EL MELLIZO
069.- JUAN CHAMORRO GONZÁLEZ
070.- ANTONIO COBO PEÑA
071.- ANDRÉS COBOS GONZÁLEZ 8
072.- FRANCISCO CONTRERAS GÓMEZ
073.- ANTONIO CORDERO ANGULO
074.- JUAN ANTONIO CORDERO GARCÍA
075.- DOMINGO CÓRDOBA CARDOSO
076.- CRISTÓBAL CORRAL CARREÑO
077.- JOSÉ CORTIJO CARRETERO
078.- BARTOLOMÉ COTRINO SALAS
079.- FERNANDO COUTO GARCÍA
080.- JOSÉ COUTO GÓMEZ
081.- PEDRO CREO SABORIDO
082.- JOSÉ CRESPO PINTO
083.- FRANCISCO CUENCA JAÉN
084.- CARLOS CUEVA GONZÁLEZ
085.- GUILLERMO DE TORNO SÁNCHEZ
086.- JOSÉ DEL ÁGUILA
087.- AVELINA DÍAZ CALVO
088.- CARMEN DÍAZ CALVO
089.- ESTIGIO DÍAZ CALVO
090.- JULIO DÍAZ CALVO
091.- SILVIANO DÍAZ CALVO
092.- FERNANDO DÍAZ GARCÍA
093.- EDUARDO DÍAZ MARTÍNEZ
094.- JOSÉ DIAZ-BORREGO DIÁNEZ
095.- JUAN DOMÍNGUEZ BUSTILLO (a) RASPAURA
096.- DIEGO DOMÍNGUEZ GÓMEZ
097.- RAFAEL DOMÍNGUEZ JIMÉNEZ
098.- MANUEL DOMÍNGUEZ MÁRQUEZ
099.- JUAN DOMÍNGUEZ MORENO (a) BOCA ANCHA9
100.- SEBASTIÁN DOMÍNGUEZ MORILLA10
101.- ANDRES DOMÍNGUEZ PAVÓN
102.- JOSÉ DOMÍGUEZ PORRAS11
103.- FRANCISCO DOÑA BLANCO
104.- JOSÉ DORANTES GONZÁLEZ
105.- JOSÉ DURÁN ORELLANA (a) EL ALACRÁN
106.- FRANCISCO ENRIQUEZ BERNAL
107.- JOSÉ ESPINOSA
108.- JUAN ESPINOSA DE LOS MONTEROS
109.- JUAN ESTUDILLO MIGEN
110.- JOSE FERNÁNDEZ ACOSTA
111.- SEBASTIÁN FERNÁNDEZ ACOSTA
112.- FRANCISCO FERNÁNDEZ ALCÓN
113.- FRANCISCO FERNÁNDEZ BAREA
114.- RAMON FERNÁNDEZ GARCÍA
115.- DIONISIO FERNÁNDEZ LÓPEZ DE AGUIRRE
116.- ANTONIO FERNÁNDEZ MOSCOSO 12
117.- JOSÉ FERNÁNDEZ PLAZA
118.- RAFAEL FERNÁNDEZ ROMERO (a) RAFAELILLO
119.- MANUEL FIDALGO VALLADARES
120.- JUAN FLORES
121.- JULIO FUENTES CAIRÓN
122.- FERNANDO GAGO LUNA
123.- JUAN GALÁN BASTIDA 13
124.- BARTOLOMÉ GALLEGO DOMÍNGUEZ14
125.- BARTOLOMÉ GALLEGO RODRÍGUEZ 15
126.- FRANCISCO GALLO MOSCOSO
127.- ANTONIO GÁLVEZ JIMÉNEZ
128.- JOSÉ GÁLVEZ POZO
129.- JOSÉ GARCÍA
130.-JOSE GARCÍA CANDÓN
131.- JOSÉ GARCÍA CARO
132.- JUAN GARCÍA GUERRERO
133.- JOSÉ GARCÍA HORRILLO
134.- FRANCISCO GARCÍA JIMÉNEZ
135.- ANTONIO GARCÍA MARINA
136.- SALVADOR GARCÍA MARTÍN 16
137.- ANGEL GARCÍA MORENO
138.- JUAN MIGUEL GARCÍA MORENO
139.- RAFAEL GARCÍA MUÑOZ 17
140.- MANUEL GARCÍA PARADA
141.- MANUEL GARCÍA ROMÁN
142.- MIGUEL GARCÍA ROMÁN (a) EL NIÑO DE LOS NARDOS
143.- JUAN GARCÍA ROSALES
144.- JOSÉ GARRIDO MORENO
145.- JERÓNIMA GARRIDO RUIZ
146.- JOSÉ GARZÓN
147.- JUAN GAVIRA
148.- J. GILABERT
149.- MANUEL GÓMEZ
150.- FRANCISCO GÓMEZ AGUILAR 18
151.- JOSÉ GÓMEZ ARTAI
152.- ANTONIO GÓMEZ AVECILLA
153.- JUAN GÓMEZ BENÍTEZ19
154.- JOSÉ GÓMEZ CANTILLÓN
155.- MANUEL GÓMEZ CARRASCO
156.- MANUEL GÓMEZ POYATOS
157.- DOMINGO GÓMEZ RODRÍGUEZ
158.- MANUEL GÓMEZ RUIZ
159.- DIEGO GÓMEZ SERRANO
160.- JOSÉ GONZÁLEZ MARCHANTE
161.- JUAN GONZÁLEZ MORENO
162.- MANUEL GONZÁLEZ RUIZ
163.- ANTONIO GRAJALES ESTÉVEZ
164.- JOSÉ GRANADOS GÓMEZ
165.- ANTONIO GROSO SEDA
166.- FRANCISCO GUERRA REQUEJO
167.- FRANCISCO GUERRA TENORIO
168.- JOSÉ GUERRA VÍLCHEZ 20
169.- JOSÉ GUERRERO ANGULO
170.- JOSÉ GUERRERO BOCANEGRA
171.- MANUEL GUERRERO RUIZ
172.- JOSÉ MARÍA GUISA DIÁNEZ
173.- MANUEL GUTIÉRREZ MORALES
174.- CRISTÓBAL GUTIÉRREZ ROMERO 21
175.- GONZALO HEDRERA RINCÓN
176.- JOSÉ HERNÁNDEZ PÉREZ
177.- ANGEL HERRERA OTERO
178.- JOSÉ HERRERA OTERO
179.- CARMEN HOMBRE PONZOA
180.- MARÍA HORMIGO REINA
181.- JUAN HUERTAS
182.- FRANCISCO INFANTE GALLARDO
183.- FERNANDO IZQUIERDO GONZÁLEZ
184.- FRANCISCO IZQUIERDO GUTIÉRREZ
185.- JOSÉ JIMÉNEZ ALCÓN
186.- JUAN JIMÉNEZ ORTEGA
187.- JOSÉ MARÍA JURADO GONZÁLEZ
188.- JOSÉ LECHUGA
- ANTONIO LIRIO LEÓN (a) EL MORCILLERO
190.- RAFAEL LIRIO LEÓN
191.- TEODORO LLORENTE FRAILE
192.- DOMINGO LOBATO GÓMEZ
193.- MANUEL LÓPEZ BELLIDO
194.- RAFAEL LÓPEZ FERNÁNDEZ 22
195.- FRANCISCO LÓPEZ TEJERO
196.- SALVADOR LORCA DURÁN
197.- JUAN LOZANO DE LOS RÍOS
198.- ANTONIO M. HEREDIA
199.- ANTONIO MAGÁN ZAFRA
200.- HONORIO MARÍN GÓMEZ
201.- ANTONIO MARÍN JIMÉNEZ
202.- ANTONIO MARÍN PÉREZ
203.- FRANCISCO MARÍN PÉREZ
204.- JOSÉ MARÍN PÉREZ
205.- MANUEL MARÍN PÉREZ
206.- JUAN MÁRQUEZ
207.- PEDRO MÁRQUEZ CALVENTE
208.- JOSÉ MÁRQUEZ OLIVA
209.- JOSÉ MARTÍN
210.- JUAN MARTÍN BELTRÁN 23
211.- ANTONIO MARTÍN ORTEGA (a) ANTONIO EL CATORCE
212.- DÁMASO MARTÍNEZ
213.- DIEGO MARTÍNEZ DOMÍNGUEZ
214.- JOSÉ MARTÍNEZ LECHUGA
215.- EDMUNDO MASERO GARCÍA
216.- MANUEL MATEOS CALLEALTA
217.- JOSÉ MATEOS PÉREZ
218.- JUAN MÁXIMO SALAZAR
219.- JOSÉ MENACHO FERNÁNDEZ
220.- FRANCISCO MENACHO JIMÉNEZ
221.- JUAN MESA LÓPEZ
222.- JUAN MESA RAMÍREZ
223.- JUAN MONROY FERNÁNDEZ (a) El PESCAO
224.- LORENZO MONTES CERRO
225.- J. MORALES
226.- ANTONIO MORALES BERNAL
227.- JOSÉ MARÍA MORALES JIMÉNEZ
228.- BENITO MORALES LINARES (a) PALOMERA24
229.- JOAQUÍN MORÁN RODRÍGUEZ
230.- ANTONIO MORENO
231.- JOSÉ MORENO
232.- RAFAEL MORENO
233.- MANUEL MORENO DURÁN
234.- ANTONIO MORENO FRANCO
235.- MIGUEL MORENO PUERTO
236.- ANTONIO MUÑOZ
237.- BENITO MUÑOZ AGARRAO
238.- ANTONIO NARBONA BARRIOS
239.- JOSÉ NATERA
240.- JUAN L. NEPOMUCENO
241.- MANUEL NOLÉS INÉS
242.- DIEGO NÚÑEZ SUÁREZ (a) LA PURA
243.- SEBASTIÁN OLIVA JIMÉNEZ
244.- ANTONIO MIGUEL OLIVER VILLANUEVA
245.- FRANCISCO ORGANVÍDEZ GARCÍA *
246.- JUAN ORGANVÍDEZ GARCÍA*
247.- RAFAEL ORGE MEJÍAS
248.- LUIS ORTEGA BARTOLOMÉ
249.- JUAN MANUEL ORTEGA MORA (a) JUAQUINATO
250.- ANTONIO ORTEGA VÁZQUEZ *
251.- JUAN ANTONIO PADILLA CABELLO
252.- JUAN PADILLA MARTÍN
253.- MARCELO PAJARES CASTAÑO
254.- JOSÉ PALACIOS PEÑA
255.- GREGORIO PAMPÍN PÉREZ
256.- ANTONIO PANAL GUERRERO
257.- JOSÉ PÁRAMO
258.- FRANCISCO PASCUAL MÁRQUEZ 25
259.- F. PATIÑO
260.- ANTONIO PAZOS BENÍTEZ
261.- MIGUEL PEDREGAL ROLDÁN
262.- MANUEL PEÑA
263.- BERNARDO PERDIGONES AGUILAR
264.- DOMINGO PÉREZ ALMAGRO
265.- JUAN ANTONIO PÉREZ AMARILLO
266.- FRANCISCO PÉREZ BARRANCO
267.- JOSÉ PÉREZ BEAS
268.- AGUSTÍN PÉREZ CABELLO
269.- FRANCISCO PÉREZ FERNÁNDEZ
270.- MANUEL PÉREZ FERNÁNDEZ
271.- JUAN ANTONIO PÉREZ JARILLO
272.- JUAN PÉREZ MORENO
273.- FRANCISCO PÉREZ PÉREZ
274.- FRANCISCO PÉREZ SÁNCHEZ
275.- ANTONIO PINA CORTÉS
276.- JUAN PIÑERO LÓPEZ
277.- JESÚS PONS
278.- FERNANDO PORRUA SCOTT
279.- ANTONIO RAMOS LEBRÓN
280.- FRANCISCO RAMOS MONTERO 26
281.- SALVADOR RASERO LÓPEZ
282.- ANDRÉS REDONDO LAGO 27
283.- FRANCISCO RETAMERO RODRÍGUEZ
284.- JOSÉ REYES
285.- MANUEL ROBLES GUERRA
286.- JOSÉ RODRÍGUEZ
287.- CARLOS RODRÍGUEZ ALCEDO
288.- MANUEL RODRÍGUEZ PÉREZ
289.- JUAN RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ.
290.- MANUEL RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ (a) EL CORCHA
291.- DOMINGO RODRÍGUEZ SUÁREZ
292.- JOSÉ RODRÍGUEZ TAMAYO
293.- JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ VALENZUELA
294.- JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ DE MEDINA RODRÍGUEZ
295.- IDELFONSO ROJAS ARILLO
296.- MIGUEL ROJAS DELGADO
297.- JOSÉ ROJAS FRANCO
298.- CRISTÓBAL ROMERO (a) EL SEÑA 28
299.- ANTONIO ROMERO CASTRO
300.- JOSÉ ROMERO NÚÑEZ
301.- SEBASTIÁN ROMERO SALGUERO
302.- RAFAEL ROSA SÁNCHEZ
303.- MANUEL ROSILLO IGLESIA(a) EL LOLI
304.- JOSÉ RUIZ BENÍTEZ
305.- MANUEL RUIZ LINARES
306.- ANTONIO RUIZ TERÁN
307.- MANUEL SALADO GONZÁLEZ
308.- MANUEL SALADO RODRÍGUEZ
309.- ANTONIO SALAS JARA
310.- ANTONIO SÁNCHEZ
311.- JOSÉ SÁNCHEZ
312.- JUAN SÁNCHEZ
313.- JOSÉ SÁNCHEZ BARRIOS
314.- JUAN SÁNCHEZ BERNAL
315.- FRANCISCO SÁNCHEZ FERNÁNDEZ
316.- ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA 29
317.- MANUEL SÁNCHEZ GÓMEZ
318.- ANTONIO SÁNCHEZ PÉREZ
319.- MANUEL SÁNCHEZ QUEVEDO
320.- ANTONIO SÁNCHEZ SALVADOR
321.- JOSÉ SANTAMARÍA JIMÉNEZ
322.- MIGUEL SANTIAGO ALBA
323.- JOSÉ SEGOVIA MEDINA
324.- MANUEL SEVILLA SERRANO
325.- ANTONIO SOLANO
326.- JOSÉ SORIANO GALINDO
327.- PEDRO SOTO DELGADO
328.- MANUEL SOTO GARCÍA
329.- MANUEL SUÁREZ MORENO
330.- JUAN TABOADA JIMÉNEZ
331.- EMILIO TEJERO ROMERO
332.- JOSÉ TEJERO ROMERO
333.- JOSÉ TORNAY ORELLANA 30
334.- EMILIO TORNERO CINTADO
335.- ANTONIO TORRALBO
336.- ÁNGEL TORRES CELIS
337.- JOSÉ TRIANO LAZO
338.- JUAN VACA ATIENZA
339.- MIGUEL VALDIVIESO
340.- ENRIQUE VALENZUELA CARRIBERO
341.- JUAN VALLEJO
342.- MANUEL VARELA GAGO
343.- MIGUEL VARGAS NIEVES
344.- JUAN VENEGAS GIL
345.- SALVADOR VENEGAS GIL
346.- ANDRÉS VILLALOBOS RINCÓN*
347.- ANTONIO VILLANUEVA TEJERO
348.- DIEGO ZAPATA BELÓN *
349.- JUAN ZAYAS REGUERA (a) EL RUBIO
350.- AGUILAR **
351.- ARRIAZA **
352.- BALTASAR (...) ARROYO **
353.- AZUMENDI **
354.- AZUMENDI (Esposa de) **
355.- CALITA **
356.- CUBILES **
357.- CHAMORRO **
358.- CHARLOTO **
359.- EL BARQUILLERO **
360.- EL CARRETE **
361.- EL GATO RUBIO **
362.- EL LATERO DE LA CALLE FRANCOS **
363.- EL LIMPIO **
364.- EL MANTECA **
365.- EL TETE **
366.- FAROLES **
367.- LA TRONCHA **
368.- LEÓN **
369.- MOJICA **
370.- MORITA **
371.- OSORIO **
372.- HERMANO DE PINTO **
373.- POSADAS **
374.- REPINGO **
375.- RICHARTE **
376.- VALDERAS **
377.- VALENZUELA **
378.- YERNO DE CARRETERO **
379.- ZARAMBIMBO **
380.- JOSÉ MARÍA **
381.- SALVADOR “EL MANCO” **
De esta extensa lista, queremos resaltar diferentes nombres de fallecidos que pertenecían a grupos concretos de la sociedad jerezana. De estos grupos concretos, es nuestra obligación el subrayar que existen los que se encuadraban dentro del término republicano, y también de los que en absoluto se identificaban con esos principios, como era el caso del anarcosindicalismo jerezano, y de forma muy específica, del anarquismo, conceptos ideológicos que aglutinaban una clase obrera bastante numerosa en nuestra ciudad y su comarca. Así, existen en la lista personas que pertenecían a la Corporación Municipal, como el alcalde Antonio Oliver Villanueva de Izquierda Republicana, o Francisco Retamero Rodríguez, del Partido Socialista; miembros del campesinado y del proletariado jerezano, tales como Sebastián Oliva Jiménez, José Tejero Romero, Honorio Marín Gómez, y Miguel García Román; miembros del Ateneo Libertario Estudios, como Antonio Narbona Barrios; trabajadores del Magisterio, como Teófilo Azábal Molina, Juan Antonio Marín, y Carmen Hombre Ponzoa; escritores y articulistas, como Francisco Guerra Tenorio o Avelina Díaz Calvo; homosexuales como Diego Núñez Suárez, conocido como La Pura; ejemplo de familia represaliada como los hermanos Díaz Calvo (Avelina, Extigio, Silviano, Julio y Carmen); también casos de víctimas procedentes de otras poblaciones de la provincia de Cádiz, como el caso de José Tornay Orellana, vecino de Alcalá del Valle, o el caso de Esteban Bastida Durán, vecino de Setenil de las Bodegas.
La conclusión de este apartado no estaría completa sin hacer una mención especial al caso confirmado que denominamos Nº 382, en referencia a la “última víctima de la Guerra Civil” en Jerez, expresión ésta por la que se llegó a conocer al escritor jerezano Manuel Moreno Barranco, quien fue asesinado en la cárcel de Jerez en febrero del año 1963.
2.3.2- Depuración y cese de empleados y funcionarios municipales en Jerez de la Frontera
La depuración practicada sobre el personal del Ayuntamiento, como consecuencia de la represión política puesta en marcha tras el golpe de estado de 1936, fue bastante temprana: Así, en el Boletín Oficial de la Provincia nº 188, de 7 de agosto de 1936 aparece una circular del Gobernador Civil de la provincia dirigida a los alcaldes que presiden las llamadas Comisiones Gestoras Municipales, “a fin de que en cada corporación se verifique una escrupulosa depuración del personal de todas las clases y categorías de dependientes de las mismas, para que fulminantemente queden separados definitivamente de sus cargos todos aquellos que hubiesen tenido relación con el llamado Frente Popular, por ser esta medida absolutamente necesaria para que dentro de cada municipio aquellos funcionarios que con olvido de sus deberes más elementales se dedicaron a actuar políticamente contribuyendo con ello a la ruina que para la Patria ha significado el mencionado Frente Popular queden sancionados adecuadamente”.
De modo que en virtud de las facultades extraordinarias conferidas a la Alcaldía por la anterior Circular, desde los primeros días del mismo mes de agosto (en algunos casos incluso antes de la mencionada circular) se pone en marcha inmediatamente en el Ayuntamiento de Jerez la maquinaria represora para castigar severa y ejemplarmente al personal que se había mostrado simpatizante o colaborador del Frente Popular.
Estos son los datos controlados hasta el momento sobre la relación del personal empleado en el Ayuntamiento declarado cesante y depurado:
1.- Antonio Chacón Ferral. Jefe de la Guardia Municipal. En realidad este empleado había ya sido suspendido de empleo y sueldo en julio de 1936 por orden del Comandante militar de la plaza.
2.-Salvador Rasero López. Practicante en el Hospital de Santa Isabel.
3.- José Díaz-Borrego Diánez. Médico de la Beneficencia.
4.-Edmundo Masero García. Practicante de la Beneficencia Municipal Domiciliaria.
5.- Luis Paz Varela. Jefe de la Sección de Epidemiología del Laboratorio Municipal.
6.- José León Rodríguez. Guarda del Cementerio Católico.
7.-José Arboleda Parra. Mozo de Hospital.
8.-José Aguilar Lozano. Oficial de la Imprenta Municipal.
9.-Fernando Barrera Saborido. Oficial de oficinas municipales, como funcionario municipal.
10.-Manuel Tamayo Zaldívar. Ídem.
11.-Pedro Gómez Junquera. Ídem.
12.- José Carrión Sánchez. Idem.
13.-José Vázquez Villagrán. Jefe de la Oficina de Colocación Obrera.
14.-Luis Jarana Cárdenas. Guarda del Parque González Hontoria.
15.-Antonio Sepúlveda Rivas. Chófer del Laboratorio Municipal.
16.-Fernando González Fabre. Encargado de la conservación y limpieza de las máquinas de escribir del Ayuntamiento y relojero municipal.
17.-Blas Frontán Nieves. Auxiliar de Administración del Hospital.
18.-José Varela Gago. Bombero Municipal.
19.- Gumersindo Moure Vázquez. Sepulturero del Cementerio.
20.-José Longueira Carballeda. Mozo de Hospital.
21.-Antonio Carrasco Clavijo. Mozo de Hospital.
22.-Avelino Borreguero Pereira. Sepulturero del Cementerio.
23.-Luis Rey Requejo. Ídem.
24.-Juan L. Fernández Doblado. Mozo del Hospital.
25.-José Romero Guerra. Sepulturero del Cementerio.
26.-Santiago González Ollis. Mozo del Hospital.
27.-Antonio Moreno Lozano. Mozo del Hospital.
28.-Manuel Vega García. Sepulturero de Cementerio.
29.-Manuel Domínguez Pérez. Jornalero Municipal en labores forestales.
30.-Mateo Rosado Aguilar. Ídem.
31.-Francisco Cabezas Mateos. Ídem.
32.-Agustín Martínez Carmen. Oficial de oficinas municipales, como funcionario municipal.
33.-María Luisa Fernández Cala. Empleada de la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana.
34.-Salvador Domínguez Taltabull. Ídem.
35.-Juan Benítez Carbona. Guardia Municipal.
36.- Juan Aguilar Montero. Ídem.
37.- Antonio Gómez Cantillón. Ídem.
38.- Andrés García de Veas. Ídem.
39.- Francisco Romero Sánchez. Ídem.
40.-Francisco Gómez Cantillón. Ídem.
41.-Francisco Infante Gil. Ídem.
42.-Fulgencio Messeguer Pérez. Ídem.
43.-Manuel Gálvez Heredia. Ídem.
44.-Antonio Fernández Moreno. Ídem.
45.-Juan López Aguilar. Ídem.
46.-Francisco García Sánchez, Ídem.
47.-José Moreno Galínez. Ídem.
48.-Enrique Rivera Otero. Ídem.
49.-Antonio Saborido del Río. Ídem.
50.-Enrique Huertas Vázquez. Ídem.
51.-José Gordillo Fuentes. Ídem.
52.-Fernando Couto García. Ídem.
53.-José Morales Barrero. Ídem.
54.-Andrés Para Lobato. Ídem.
55.-José González Cantalejo. Ídem.
56.-Manuel Espinosa Acosta. Ídem.
57.-Antonio Cruz. Ídem.
58.-Dionisio Algaba Iglesias. Ídem.
59.-Antonio Algaba Iglesias. Ídem.
60.-Interventor del Ayuntamiento (la documentación no especifica su nombre)
61.-Antonio Gallego Muñoz. Interventor de Arbitrios.
62.- Fernando Vargas Molina. Ídem.
63.-José Gómez Cantillón. Ídem.
64.-Juan Gil Díaz. Inspector Auxiliar de Arbitrios.
65.- Gabriel Cubiles. Ídem.
66.-Domingo Arroyo García. Ídem.
67.-José Cortijo Franco. Ídem.
68.-José Martínez Peña. Ídem.
69.-Manuel Muñoz Agarrado. Ídem.
70.-Manuel Gallego Merino. Ídem.
71.-Francisco Acosta Gaitero. Ídem.
72.-Cristóbal Correa Armario. Ídem.
73.-Manuel Gómez Cantillón. Ídem.
74.-Antonio Estapia Jiménez. Ídem.
75.-Francisco Martínez. Ídem.
76.-Francisco Arial Jiménez. Ídem.
77.-José Andrades Ruiz. Ídem.
78.- José Ortega Fontán. Ídem.
79.-Joaquín Núñez García. Ídem.
Aún no tenemos suficientes datos para poder cuantificar porcentualmente el alcance de la represión aproximada de la plantilla del Ayuntamiento de Jerez en 1936, pero estamos convencidos que estos setenta y nueve casos documentados suponen un porcentaje bastante significativo de lo que supuso globalmente la purga ideológica que se instauró con el nuevo régimen. Además, hay que hacer cierto hincapié en el hecho de que la represión municipal se cebó especialmente en algunas secciones, como las de la Guardia Municipal, de empleados de Arbitrios o las de empleados de distinta cualificación profesional relacionados con la Sanidad Municipal.
Asimismo, de la relación de funcionarios declarados cesantes y depurados que ofrecemos en este capítulo, tenemos que tener en cuenta que por el momento hemos hallado diez personas registradas que, al mismo tiempo, forman parte del grueso de la lista de asesinados que aportamos en el capítulo anterior. Los nombres de estos fallecidos son: Francisco Acosta Gaitero, José Carrión Sánchez, Fernando Couto García, Antonio Chacón Ferral, José Díaz-Borrego Diánez, José Gómez Cantillón, Edmundo Masero García, Salvador Rasero López, Mateo Rosado Aguilar, José Varela Gago.
De la misma manera que reiteradamente hemos afirmado, con respecto a la lista de fallecidos, que ésta sigue abierta, también lo hacemos con la de depurados y cesados.
2.3.3.- Incautación de bienes
Una vez que la maquinaria represiva se puso en marcha, bien por la eliminación física del contrario, bien por la purga ideológica, o por la encarcelación de ciudadanos molestos, se quiso dar una nueva vuelta de tuerca para afianzar el status quo de las nuevas autoridades totalitarias, mediante la llamada incautación de bienes por responsabilidad civil de partidos y sindicatos, para socavar definitivamente la infraestructura del régimen anterior, así como la influencia de las grandes organizaciones revolucionarias. Por otro lado se conseguiría abastecer económicamente a la infraestructura del nuevo régimen, a la vez que hundiría en la miseria a “individuos culpables de actividades marxistas o rebeldes”, y a sus familiares directos como sus viudas y sus huérfanos.
Los antecedentes inmediatos de la incautación de bienes podemos hallarlos en los primeros días del golpe, cuando comienza la represión económica de forma descontrolada, siendo asaltadas las sedes de las organizaciones políticas, sindicales y sociales. Pero a raíz de la publicación del Bando firmado por el General Jefe de la 2ª División Orgánica y del Ejército del Sur, Gonzalo Queipo de Llano -en el que se hacía un llamamiento de solidaridad económica a la población para que ésta se solidarice con sus donaciones con el Ejército y el nuevo Estado-, y las posteriores medidas que se realizaron, se instaura la práctica de la represión económica de forma legal.
Estas disposiciones posteriores se hallan recogidas en el artículo 2º del Bando del 11 de septiembre de 1936 -sobre incautación de bienes- y en el Decreto de la Junta Técnica del Estado, del 13 de septiembre de 1936- en donde se ordena la incautación de “cuantos bienes, muebles e inmuebles, efectos y documentos pertenecientes a los referidos partidos o agrupaciones, pasando todo ello a la propiedad del Estado”. Finalmente, a partir de la publicación en el Decreto-Ley con fecha de 10 de enero de 1937, dicha Junta Técnica unifica todos los procedimientos de incautación a nivel general a través de la Comisión Gestora de Incautaciones.
De esta manera, nos encontramos por ejemplo que lo números 261 y 276, del Boletín Oficial de la Provincia, de 30 de octubre y de 17 de noviembre de 1936, aparecen dos listados de vecinos de Jerez a los que se les incoan expedientes de incautación de bienes, quienes en total suman 58 expedientados, de los cuales 31 de ellos aparecen como asesinados en la lista que hemos presentado en el apartado 2.3.1. de este capítulo, lo que supone un 53,4% del total de los casos registrados en los ejemplos mencionados del B.O.P.
En cuanto a la confiscación de los bienes de las asociaciones jerezanas en general y organizaciones obreras en particular, ésta fue practicada siguiendo unos procedimientos que simulaban una legalidad que en realidad no existía, en tanto en cuanto ésta se estaba construyendo paralelamente a los hechos mismos de la represión.
Concretamente, las cuentas de los fondos de las sociedades obreras, se incautaron siguiendo dicho proceso de aparente legalidad. Los miembros de las juntas directivas de las diferentes sociedades obreras de Jerez -normalmente formadas cada una por Presidente, Secretario, Tesorero y/o algún vocal- eran “autorizados” a reunirse en uno de los salones del Ayuntamiento ante el mismo Alcalde, asistido éste del Secretario de dicha institución. Desde luego, la coacción que significaba este tipo de reuniones, y el engaño que suponía ese trámite con apariencia legal que aparece plasmado en los documentos investigados, se puede apreciar desde el primer momento en que se producen los encuentros entre sociedades obreras e instituciones fascistas.
El expolio comienza formalizándose mediante los “acuerdos” recogidos en el acta que escribe el Secretario del Ayuntamiento bajo las órdenes del alcalde. A veces, en dicha acta se escribe textualmente que los anteriores acuerdos se hace “interpretando, según las impresiones recogidas, los propósitos de los afiliados” de la sociedad obrera en cuestión, y que, en general, se basaban en dos puntos fundamentales:
1º) La disolución de la expresada sociedad de resistencia.
2º) La entrega inmediata a la primera autoridad de la plaza de todos sus fondos en existencia para los fines que ésta estimara conveniente.
Una vez formalizados los “acuerdos”, el Alcalde procedía a expedir un documento autorizando a los miembros de la junta directiva de la sociedad obrera a retirar de la entidad bancaria el saldo de su sindicato. Este dinero (que solía estar ingresado en alguna cuenta de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, en la Caja de Ahorros de Andalucía Occidental, en el Banco de España, en el Banco de Bilbao, en el Banco Español de Crédito, etcétera.), más el que poseía el Tesorero en efectivo, era entregado al alcalde para destinarlo a lo que se denominaba como “suscripción patriótica”, que estaba dividida en tres partes iguales que se destinaban, en teoría, al Ejército, a Falange Española y a las cocinas económicas.
En esas reuniones “autorizadas” por la Alcaldía, entre las sociedades obreras y el alcalde Bernabé Rico Cortés, se daban situaciones increíbles que sirven para describir la situación en que se encontraba los obreros de los sindicatos. El 18 de agosto de 1936, por ejemplo, en el Acta tomada ese día se recogió por escrito que los trabajadores de la Sociedad de Toneleros hacían constar, además, que poseen una imprenta que “voluntaria y espontáneamente” ceden a Falange Española.
El futuro de los trabajadores “donantes” era previsible, como lo demuestra los diferentes documentos estudiados. El 27 de octubre de 1936, el Presidente de la Sociedad de Unión de Empleados de Escritorio, Armando Abollado Asco, después de haber tenido que pasar -los días 11 y 12 de agosto de 1936- por el referido trámite de disolución de dicha sociedad y de donación de sus fondos, es ejecutado sin más dilaciones.
También Falange Española de la JONS participó activamente en tener sus propios encuentros con algunas sociedades obreras. En carta remitida al alcalde, con fecha 12 de agosto de 1936, el Jefe de Investigación de Falange, José Madroñal Garabito, hace un envío de una cantidad de dinero que el Sindicato de Empleados de Banca y Bolsa “me entrega con destino mitad a la suscripción para el Ejército y la otra mitad para los comedores de asistencia social...”. Dos días antes, el 10 de agosto, el que había sido Presidente de dicha sociedad, Eduardo Díaz Martínez, fue asesinado.
Las consecuencias lógicas de esta extensión de incautación de bienes tenía que tener necesariamente repercusiones en el mundo cultural, en el de la educación y en el de la información. Así, al proceso de represión física, ideológica, política, social y económica, que todas las fuerzas adeptas al “Movimiento” se encargaron de llevar a cabo con una eficacia mortal, se le llegó a unir una fase paralela de represión cultural bastante definida, y conocida como la censura e incautación de libros denominados “pornográficos” y “de tendencia social”.
Esto último se lleva a cabo de forma escalonada con el nombramiento en diferentes etapas de un delegado del Alcalde para la incautación de libros pornográficos o de “tendencia social contraria al espíritu que anima el movimiento patriótico nacional”. El método que se utilizaba era muy sencillo, consistiendo éste en la revisión, en las librerías, quioscos y establecimientos donde se expendían libros, folletos o periódicos, para proceder a su censura e incautación. Así, dicho procedimiento se hacía normalmente por este delegado auxiliado en todo momento por el Batallón Miliciano de Jerez (encabezado por Manuel Chamorro Latorre, Fernando Casal Soto, José de Soto Molina y Pedro Pérez Clotet entre otros), y de Manuel Esteve Guerrero, éste último como Bibliotecario del Ayuntamiento de Jerez. Oficialmente, la incautación se realizaba con “carácter provisional” , cuyo depósito se hacía en la Biblioteca Municipal, en donde se dictaba la definitiva resolución tras un detenido examen del material.
En un informe final de gestión, fechado el 18 de septiembre de 1936 y dirigido al Alcalde, el delegado nombrado para estos asuntos, José Soler Díaz-Guijarro, realiza un balance de 1462 volúmenes incautados, además de gran cantidad de folletos “de menor importancia”. En dicho informe este delegado proponía una nueva línea oficial de incautación de material escrito al afirmar que “los más interesantes registros pudieran efectuarse en domicilios de personas que, por sus circunstancias y antecedentes, pueden ser depositarios fraudulentos de la más peligrosa literatura que haya podido ser puesta a salvo de algunos de los establecimientos registrados y de otras entidades u organismos...”
Una vez terminada la gestión de José Soler Díaz-Guijarro, al día siguiente, el 19 de septiembre, es nombrado un nuevo delegado del Alcalde para la incautación de libros “pornográficos” y “de tendencia social” en Jerez, Ángel Rodríguez Pascual, a quien el alcalde le encomendó la misión de dirigirse a la biblioteca que existía en Telégrafos.
Aunque las incautaciones, y los depósitos del material en la Biblioteca Municipal, se hacían teóricamente con carácter provisional, esto no fue más que una excusa retórica para justificar el expolio y la rapiña que se llevó a cabo de una forma evidente. Esto lo podemos confirmar en el informe que el Director de la Biblioteca Municipal envió a Bernabé Rico Cortés el 14 de octubre de 1936, por el que le comunicaba que “con esta fecha distribuyo entre el Hospital Santa Isabel, Falange Española y Requeté Tradicionalista de esta ciudad las obras que, procedentes de los centros obreros y partidos disueltos, existen duplicadas en esta Biblioteca...” .
Jerez de la Frontera, a 10 de junio de 2005
Trabajo revisado y mejorado del presentado para las las XI Jornadas de Historia de Jerez,
el 18 de noviembre de 2004
NOTA DE AGRADECIMIENTO
Agradecemos a todas aquellas personas, familiares de las víctimas o no, cuyos testimonios -en algunos casos- han resultado determinantes para identificar a aquéllas que no pudieron serlo a través de fuentes documentales. En este sentido, este trabajo también les debe mucho y les pertenece.
*La información utilizada para la elaboración de las listas de las víctimas de la represión en Jerez proceden, fundamentalmente, de la investigación llevada a cabo por los siguientes vocales investigadores de “Jerez Recuerda”, por orden alfabético: Antonio Fuego García, José García Cabrera, Ignacio Gómez Palomeque, Cristóbal Orellana González, José Manuel Rodríguez Casanueva, Juan Luis Rodríguez Orellana, David Ruano Delgado, María José Ruiz Piñero, Francisco Sánchez Martínez y Juan Sánchez Pazos. Aunque Ignacio Gómez Palomeque, Manuel María Mateos González, Cristóbal Orellana González, David Ruano Delgado, Francisco Sánchez Martínez y Juan Sánchez Pazos no pertenecen actualmente a la Asociación, han aportado igualmente los datos de sus respectivas investigaciones para este trabajo que hoy se publica”.
En esta investigación también han colaborado los socios de Jerez Recuerda Manuel María Mateos González y Ana María Rodríguez Casanueva. Aunque Manuel María Mateos González, tampoco pertenece en la actualidad a nuestra Asociación, queremos agradecer su valiosa aportación en temas informáticos.
La Coordinación de datos y la Redacción del presente trabajo han sido realizados por María José Ruiz Piñero y José Manuel Rodríguez Casanueva.
NOTAS A PIE DE PÁGINA
* La palabra “paco” se refiere a lo que se conoce hoy en día como francotirador.
1 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
2 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
3 Vecino de Olvera ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
4 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
5 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
6 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
7 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
8 Vecino de Los Barrios ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
9 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
10 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
11 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
12 Vecino de El Bosque ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
13 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
14 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
15 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
16 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
17 Vecino de Sanlúcar de Barrameda ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
18 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
19 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
20 Vecino de Torre Alháquime ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
21 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
22 Vecino de El Bosque ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
23 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
24 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
25 Vecino de Campillo ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
26 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
27 Vecino de Fabrique (Málaga) ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
28 Vecino de Setenil de las Bodegas ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
29 Vecino de Alcalá de Valle ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra.
30 Vecino de Alcalá del Valle ejecutado en Jerez de la Frontera como consecuencia de aplicación de condena de muerte dictado en Consejo de Guerra. Fue ejecutado a garrote vil.
BIBLIOGRAFÍA
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Viva España... Artículo. Editorial del Semanario Informativo CLARIDAD, Nº 205. Jerez. Lunes, 27 de julio de 1936
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Anónimo que narra las vicisitudes de varios militantes obreros y campesinos asesinados en la campiña de Jerez.
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Arcadia Feliz; obra inédita rescatada y editada por el Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Jerez en su serie “Utopía y Revolución”. 2003. Autor, Manuel Moreno Barranco, asesinado por la policía franquista en 1963.
El Marrufo, Fosa Común; de J. Carlos Perales Pizarro. Artículo. Diario de Jerez. Lunes, 17 de mayo de 2004.
Guerra Civil: Mitos y Leyendas; de José Manuel Rodríguez Casanueva. Artículo. Diario Información Jerez. Miércoles, 08 de diciembre de 2004. Diario de Jerez. Lunes 03 de enero y martes 04 de enero de 2005.
El Crimen de la Estanquera; de Mará José Ruiz Piñero. Artículo. Diario Información Jerez. Lunes, 03 de enero de 2005.
Apuntes para la Historia de la Sublevación de Julio de 1936 en Cádiz; de Francisco Espinosa Maestre. Artículo incluido en el Dossier: Memoria de la Guerra Civil y Represión Franquista. Revista ALMAJAR. Museo Histórico Municipal de Villamartín. Servicio de Publicaciones. Diputación de Cádiz. Villamartín. Mayo, 2005.